Un hombre de 27 años fue sentenciado a 13 años de prisión por violar a una niña de dos años y transmitirle una enfermedad de transmisión sexual.
El hombre, que no puede ser nombrado por razones legales, se declaró culpable de tener relaciones sexuales sin consentimiento en la Corte Suprema de Alice Springs (Australia) y fue sentenciado a prisión.
La niña sufrió graves lesiones internas, como cortes, sangrado, hinchazón y moretones después de que el hombre la violó en su casa mientras su madre dormía en 2018.
El violador infectó a la niña con gonorrea (Enfermedad de Transmisión Sexual) durante el ataque y le ocasiono daños psicológicos graves.
El fiscal del caso, le dijo al tribunal que el delincuente había sacado a la niña de la sala donde dormía y la llevó al dormitorio donde la violó.
Cuando terminó, la volvió a poner en el salón.
Algún tiempo después, esa noche, otro hombre vio a la niña sangrando y despertó a su madre, quien la vistió y llamó a una ambulancia y un vehículo policial, informaron.
Después de ser tratada en el Hospital Tennant Creek, tuvo que ser trasladada a Adelaida, donde recibió una transfusión de sangre debido a la gravedad de sus lesiones.
El fiscal, le dijo a la juez Judith Kelly que el delito estaba en la peor categoría con una pena máxima de cadena perpetua.
“Este es un crimen que perturbó profundamente a la comunidad de Tennant Creek y la nación”, dijo.
El fiscal dijo que el hombre no había mostrado remordimiento, negó el delito y construyó una coartada que los investigadores policiales habían desmantelado.
El abogado defensor del hombre, John McBride, admitió que había sido un acto terrible contra un niño vulnerable, pero dijo que el informe de un psicólogo mostró que el delincuente había mostrado cierto remordimiento por sus acciones.
Le dijo a la corte que el hombre había sufrido desde los 15 años de ataques de personas sin hogar y abuso de sustancias.
El hombre ha estado bajo custodia desde su arresto.
¡Esto simplemente no tiene nombre! No dejes de COMPARTIR esta terrible historia y que no quede impune