Sentirse atrapado dentro del propio cuerpo debe ser algo difícil de sobrellevar, y eso es lo que sufren las personas transgénero en sociedades que aún no están lo suficientemente abiertas a la diversidad.
La situación puede afectar la salud de quienes viven con esta condición, quienes tienden a tener menor expectativa de vida en países donde su identidad de género no es garantizada, ni protegida.
Cada escalón que estas personas suben hacia el reconocimiento de su identidad genera diversas emociones. Tal como le ocurrió a Sol Hall, de 22 años de edad, un joven transgénero de Melbourne, Australia, cuando vio lo que había debajo de las vendas en su pecho luego de operarse. Sol fue sometido a una operación de extirpación de las glándulas mamarias como un avance en su proceso de transición, y al ver debajo de las vendas no pudo contener su emoción.
Lo que él consideraba como el obstáculo más difícil de su transición de género, había sido superado. “Estoy acostado en la cama del hospital cuando una enfermera abre la cremallera y retira el relleno debajo, revelando el misterio de mi post-operatorio por primera vez”, comentó Sol. “Este fue el mayor obstáculo y, ahora, el último en mi transición. Inmediatamente sentí un peso menos al levantar mis hombros”, agregó.
Este joven sintió un alivio que se apoderó de él, estaba tan emocionado que no pudo contener las lágrimas.point 192 | “Sentí que podía respirar y relajarme por primera vez en mucho tiempo.point 259 |
Me di cuenta de que, aunque se sentía completamente irreal, también se sentía natural”, indicó Sol.point 96 | El joven decidió publicar las imágenes de su post-operatorio a través de las redes sociales, generando miles de reacciones por parte de los usuarios que compartieron su experiencia.point 253 | 1
El Twitter de Carl logró más de 74 mil retweets, 715 mil me gusta y más de 10 millones de visualizaciones. Y es que ese momento no pudo ser más conmovedor. Este joven vio realizado uno de sus más profundos deseos y por fin pudo tener sus nuevos pectorales. Las lágrimas desbordaron sus ojos y el joven terminó llorando, pero de alegría.
Por fin, estaba en paz con su cuerpo. Sin duda, este fue un día perfecto para Sol, quien además contó con la compañía de Xan, su pareja.
No olvides COMPARTIR la historia de Sol, quien se siente más seguro y feliz consigo mismo.