La artista israelí Sigalit Landau tiene un gran interés por la sal.
También le gusta trabajar con el Mar Muerto, uno de los más salados de la Tierra.
Para uno de sus proyectos llamado “Salt Bride”, Sigalit decidió volver a sus raíces y empapó un vestido en las aguas saladas del Mar Muerto y luego tuvo que tener paciencia por dos largos años.
Sí, parece algo extraño, pero fue la obra de 1916 llamada The Dybbuk la que la inspiró a hacerlo.
La obra trata sobre una joven mujer jasídica que se casará con una familia acomodada. Sin embargo, quedó poseída por el espíritu de su amante muerto.
El vestido recrea uno usado en la producción de la obra. Sigalit siguió el progreso que hizo bajo el mar, regresando cada tres meses para verificar cómo se unían los cristales de sal a la tela.
El vestido se transformó gradualmente de una simple ropa negra en algo más encantador.
Ahora, el vestido es una transformación simbólica, tanto de la experiencia del personaje como de la profunda conexión de Sigalet con el Mar Muerto.
En un comunicado dijo: “Con los años, aprendí más y más sobre este lugar bajo y extraño”.
“Todavía la magia está ahí esperándonos: nuevos experimentos, ideas y entendimientos. Es como encontrarse con un sistema de tiempo diferente, una lógica diferente, otro planeta”.
Los resultados de su proyecto no decepcionaron.
“Parece nieve, azúcar, como el abrazo de la muerte; lágrimas sólidas, como una rendición blanca al fuego y al agua combinados”, expresó.
Los cristales de sal le dieron al vestido un peso adicional del que ninguno de ellos esperaba. Sacar los resultados del mar fue una tarea difícil.
¡Pero mira qué hermoso se puso el vestido!
El vestido y algunas fotografías del progreso se convirtieron en parte de la exposición Salt Bride.
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