La vida en África siempre ha sido complicada y hace miles de años atrás era aún más compleja que en la actualidad.
Resulta casi imposible de creer que tras tantos años, aún existan tribus que no han tenido contacto con otros seres humanos, una de ellas, la tribu Khoikhoi.
El primer contacto que este pueblo tuvo con el hombre blanco fue gracias a los portugueses y holandeses que colonizaron África a principios del siglo XVII.
La tribu Khoikhoi se diferencia de otras tribus africanas, ya que sus mujeres tienen un rasgo genético bastante curioso; sus glúteos son exageradamente grandes.
Esta condición genética es llamada esteatopigia, y cosiste en una excesiva acumulación de grasa en los glúteos.
Famosa es la figura de Venus de Willendorf que data entre el 28.000 y 25.000 A.C la cual describiría a la perfección este tipo de mujeres, de acuerdo a The New York Times.
Esta peculiar característica hizo que las mujeres de Khoikhoi no pasaran desapercibidas para el hombre blanco, quienes rápidamente las comenzaron a comercializar como esclavas.
La mayoría de estas mujeres fueron utilizadas para trabajos domésticos, y existió el caso de una que pasó a protagonizar una humillación histórica, La Venus de Hotentote.
Saartjie Baartmann nació en 1789 y creció como una mujer libre hasta el año 1810, donde un grupo de esclavistas mataron a su padre y a su marido. Los hombres la examinaron y se percataron que tenía un enorme trasero y unos genitales igualmente desproporcionados.
Ese mismo año fue vendida a un doctor británico que, luego de ver sus atributos, decidió llevarla a Londres en donde fue obligada a trabajar en un circo de rarezas en Piccadilly.
El nombre de Saartjie Baartmann fue reemplazado por apodos como “Venus de Hontentote” o “Reina Africana”, mientras la describían como un fenómeno de la naturaleza.
Luego de 4 años fue trasladada a París en donde su vida siguió empeorando. Continuó siendo un objetivo de entretenimiento hasta que el público se aburrió de ella y tuvo que recurrir a la prostitución para poder sobrevivir.
En el año 1815 acabo la tortura de Saartjie Baartmann, donde a sus 25 años, debido a una “enfermedad inflamatoria y eruptiva” falleció. Estos síntomas se atribuyen a una sífilis que probablemente contrajo durante la prostitución.
Luego de su muerte, un científico francés compró su cadáver. Con él hizo un molde de yeso de su cuerpo y luego la diseccionó, conservando su esqueleto y su cerebro, junto con los atributos sexuales que la hicieron famosa, con el fin de que sean expuestos en el Musée de l’Homme en París.
160 años más tarde, Venus de Hotentote continuaba siendo objeto de las miradas del público y solo en 1974 fue retirada de esta macabra galería del museo.
Finalmente, en el año 2002 el presidente Nelson Mandela logró repatriar los restos mortales de Saartjie y así recibió el merecido descanso eterno en la tierra en la que la vio nacer.
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