Una joven pareja originaria de Georgia, sabía que tenía muy pocas probabilidades de tener un hijo, pues Ashley Zachmeyer de 22 años tenía una condición conocida como Síndrome de varios poliquísticos, un grave problema que es muy común en las mujeres y se origina debido a un desorden hormonal ocasionando en la mayoría de los casos problemas de infertilidad, sangrado uterino abundante y abortos espontáneos.
Jeffery su marido se encontraba resignado a la idea de que no tendrían un niño en esas condiciones.
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Pero a pesar de todos los diagnósticos y pronósticos de su condición, un día descubrieron que Ashley tenía 7 semanas de embarazo.
Aunque más adelante sus ilusiones se vieron ensombrecidas por los médicos cuando había cumplido 18 semanas, pues le notificaron que según los estudios, las probabilidades de tener éxito eran muy bajas.
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El bebé de la pareja no había alcanzado su desarrollo normal, llevaba tres semanas de retraso en comparación a un bebé de ese tiempo de gestación, además encontraban que había generado muy poco fluido amniótico. En ese momento su embarazo fue catalogado de alto riesgo y tuvieron que intensificar los cuidados, pero a pesar de este esfuerzo, en la primera consulta les confirmaron que tenían menos el 20% de probabilidades de que su bebé viviera.
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Su Síndrome podría en cualquier momento ocasionar un aborto espontáneo, era una probabilidad muy alta.
A pesar de todo diagnóstico, los padres no perdían la fe, seguían felices de esperar a su bebé e incluso ya le habían puesto como nombre Adalee.
Las cosas se iban complicando cada vez, pues la pequeña aunque crecía, lo hacía a un ritmo muy lento.
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Notificaron a Ashley a las 26 semanas que estaba pasando por un problema de flujo sanguíneo que llevaba nutrientes por el cordón umbilical y que se aproximaba un aborto en menos de 24 horas. Pero a pesar de este diagnóstico, esto no sucedió y los Zachmeyer tuvieron más esperanzas de poder ver a su hija.
A las 29 semanas y 5 días de su embarazo, Ashley tuvo que ser intervenida con una cesárea de alto riesgo, pero logró tener a su bebé, que pesó 411 gramos.
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Esto significaba que la pequeña Adalee tenía un peso muy bajo, nuevos retos había que superar, pues fue hasta la tercera semana de su nacimiento que sus padres pudieron cargarla.
Ahora tendrían que vivir nuevas complicaciones, las cosas se ponían más difíciles en las siguientes semanas, pues los médicos aseguraron nuevamente, que Adalee tendría graves problemas de salud pero esto tampoco ocurrió.
“Los doctores nos dijeron que era inaudito ver a un bebé nacer tan pequeño y no tener ninguna complicación además de necesitar crecer. Nuestro doctor la llamó superestrella”.
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La pequeña Adalee estuvo en cuidados intensivos 106 días a partir de su nacimiento, pero gracias a esto, obtuvo una recuperación y llegó a pesar 2 kilos. Ahora la bebé estaba lista para ir a casa con sus felices padres.
Ashley compartió este feliz momento en una publicación en donde dijo:
“Los médicos me dijeron que la dejara ir para que pueda pasar tranquila. Dijeron que un parto sería demasiado estrés para su frágil cuerpo, que si ella incluso llegaba al parto, su tasa de supervivencia sería menos del 40%.
Me dijeron que tendría muchos problemas médicos y que probablemente tendría hemorragias en el cerebro y cosas mucho peores sucederían… Pero, ¿adivina qué? ¡Dios tenía un plan más grande! ¡¡Ella lo hizo!! En un abrir y cerrar de ojos, 14.
5 onzas se convirtieron en 2 kilos”
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Además agregó:
“Adalee ha vencido todas las probabilidades en su contra y es verdaderamente nuestro pequeño milagro. Decir que somos bendecidos es una subestimación. ¡Hoy volvemos a casa!”.
Esta guerrera logró vencer todos los obstáculos a pesar de los pronósticos y ahora se encuentra recibiendo todo el amor de sus padres.
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El mensaje más reciente que publicó Ashley señala:
“Creo que Dios te envió a mi vida para darme algo por lo que luchar, para mostrarme lo que significa ser fuerte, para darme esperanza y darme alegría. Toda la prueba de Dios que necesito es mirarte, nena. Cuando te miro a los ojos, veo un regalo enviado directamente desde el cielo. Mi luchadora, mi pequeña guerrera, mi milagro, mi hija”.
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