Traer a sus gemelos al mundo era una de las cosas que más hacían feliz a Robin Pownall, esperaba con muchas ansias ese momento, pero se sentía un poco tranquila ya que había sido madre anteriormente.
Su pequeño de cuatro años también estaba feliz de poder ver pronto a sus hermanos Santino y Giovanni. Pero los gemelos nacieron antes de tiempo y esto les ocasionó algunos problemas, sus vidas estaban en peligro si no se intervenía, cuando supo esto su hermano mayor, toda esa alegría se eclipsó, pero había una solución que lo involucraba directamente y él valientemente estaba dispuesto a ayudarlos.
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El riesgo que sufrían estos bebés después de haber nacido era una rara condición que afectaba a sus sistemas inmunológicos por una enfermedad conocida como “granulomatosa crónica”. Esto quería decir que podían enfermar muy fácilmente e incluso morir por cualquier cosa. La familia se encontraba realmente devastada.
Lo que continuaba por hacer en estos casos, es inscribirse en una lista de donantes de médula ósea, se requería una persona que estuviera completamente sana y la familia podía ser lo más compatible a los niños, pero desafortunadamente, ninguno de los padres resultó adecuado.
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Afortunadamente, su hermano mayor Michael de cuatro años tenía las características y compatibilidad adecuada para donar médula ósea, pero siendo tan pequeño, sus padres no sabían cómo hacerle entender lo que estaba sucediendo.
Fue entonces que su madre fue lo más sincera y habló con él, explicándole lo que esto significaría:
“Fuimos muy directos, va a ser una gran aguja que va a entrar en tu espalda, hijo ¿Quieres hacer esto? Si tienes miedo, no tienes que hacerlo”.
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Robin, en ese momento sólo tenía esa esperanza, pero tenía también mucho miedo, por lo que pensó:
“Una parte de mí decía: Bueno, tiene 4 años. Tal vez no sabe lo que está pasando, pero lo hizo, y estaba de acuerdo. No íbamos a forzar nada de ninguna manera. Él estaba de acuerdo y tuvimos un buen presentimiento. Es increíble, está tan orgulloso por su valentía”.
El pequeño Michael fue muy comprensivo y decidió involucrarse en la recuperación de sus hermanos. El día que sería el donante, después de darle el “jugo de la risa” durmió tranquilo mientras se realizaba la intervención y después despertó cansado pero con mucha calma, como si no hubiera pasado gran cosa.
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Michael estaba incluso de buen humor y aseguraba que las heridas por la operación no le dolían mucho, aseguró que estaba bien.
Una de las tías de Michael, informó al poco tiempo sobre el resultado de la operación de los pequeños asegurando que había sido un éxito toda la intervención:
“Están perfectamente bien, jugando y todo, como si nada hubiera pasado. Giovanni recibió las células de la médula ósea alrededor de las 2:30 pm y luego Sonny recibió las células de la médula ósea alrededor de las 5:30 pm”.
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Además la joven tía agregó explicando con más detalle sobre el estado de los pequeños:
“Ambos bebés están bien y durmiendo. Ahora es el momento de que sus cuerpos sanen, con las nuevas células de la médula ósea podrán construir un sistema inmunológico saludable”.
Actualmente los gemelos Giovanni y Santino no presentan ninguna secuela después de su operación. La enfermedad ha desaparecido por completo gracias al heroico acto de su hermanito Michael.
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No cabe duda que la valentía y amor hacia sus hermanitos de un niño de tan solo 4 años es realmente de admirar.
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