Un científico de 27 años llamado James Longcroft ha inventado una botella de agua, que puede descomponerse en tan solo tres semanas.
Esto sería un invento revolucionario, ya que el resto de botellas de agua necesitan aproximadamente 450 años en desaparecer.
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El británico explicó que para que esto funcione, el forro exterior de la botella esta compuesto de papel reciclado donado por terceras empresas.
El interior de esta botella está formado por un material desarrollado por el científico que facilita su descomposición.
Su invento podrá ayudar a reducir los niveles de plástico en el mar rotundamente.
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James es graduado de química de la Universidad de Durham, de Fulham, y cuenta que su nuevo diseño podría ayudar a frenar los ocho millones de toneladas de plástico que se arrojan al mar cada año.
El hombre asegura que pasó un año desarrollando una botella a la que llamó “Choose Water” y explicó que el proceso de biodegradación comienza en solo unas horas y que la botella logrará descomponerse por completo en tres semanas.
Igualmente, la delgada tapa de acero que tiene esta botella se descompondrá en aproximadamente un año. El costo de producción de esta botella será ligeramente más alto que el de una botella de plástico regular.
Por ahora, el escocés no quiere contar el desarrollo de estas botellas, ya que primero quiere que le concedan la patente, la cual todavía está en trámite.
EFE
El plástico tarda cientos de años en descomponerse y cuando lo hace genera micropartículas que terminan en el agua y en el organismo de los peces.
Se calcula que el océano ya está contaminado con 50 millones de toneladas de plástico, por lo tanto ya es hora de hacer algo para cambiar esta realidad.