Una trabajadora de la salud se enfrenta a la pérdida de ambas manos debido a complicaciones derivadas de su batalla de 5 meses contra el COVID-19.
Rosa Felipe, de 41 años, había estado trabajando como técnica de electroencefalograma en el Jackson Memorial Hospital de Miami durante más de 15 años antes de que le diagnosticaran el virus de esta pandemia en marzo.
Después de su diagnóstico, Rosa, que tiene sobrepeso, asma y diabetes, fue hospitalizada y se le puso un respirador debido a que su condición continuaba deteriorándose.
Como informó el diario Herald, más tarde también fue colocada en una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea para permitir que sus órganos descansaran. Finalmente, después de mostrar signos de insuficiencia renal, la madre también tuvo que someterse a diálisis.
Si bien pasar meses en el hospital ayudó a salvar su vida, la trabajadora de la salud ahora se enfrenta a la pérdida de ambas manos debido al daño severo de músculos y tejidos que había sufrido.
Como creen los médicos, la mujer de 41 años probablemente desarrolló coágulos de sangre, mientras que el flujo sanguíneo bajo resultó en un suministro insuficiente de sangre a sus dedos, que consecutivamente se volvieron negros.
Según el Herald, un equipo quirúrgico ha confirmado que lo más probable es que la trabajadora de la salud deba someterse a la amputación de ambas manos. Sin embargo, esperan poder salvar algunos dedos de la mano izquierda de Rosa.
Ahora ella permanece enfocada en su recuperación para poder reunirse con sus hijos lo antes posible.
“Sé que al final, estaré con ellos… lo sé. Así que eso es lo que me mantiene concentrada, y me mantiene con ganas de sanar y con ganas de salir de aquí completamente restaurada”, dijo la valiente madre en una entrevista con CNN.
Para ayudar a Felipe a pagar los gastos médicos derivados de su hospitalización y complicaciones de salud, la familia de la madre ha creado una página de GoFundMe y ha pedido ayuda a las personas para aliviar su carga.