Estamos casi siempre afuera de casa, constantemente en movimiento y no podemos dedicar todo el tiempo que desearíamos a cuidar nuestra alimentación.
Por ese motivo, durante la tarde cuando tenemos hambre, en vez de comer alimentos como galletas o frituras, si se nos presenta la oportunidad de comer fruta, deberíamos aprovecharla ya que es una opción muy saludable.
Sin embargo, hay que tener en cuenta diferentes factores, como por ejemplo que el abuso del plástico y las condiciones sanitarias en las que se comercializa esa fruta cortada y/o envasada no siempre son las mejores.
Una de las consecuencias de esto puede ser, por ejemplo, el brote de salmonela que se produjo en Estados Unidos, relacionado con melón y sandía cortados y envasados.
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El brote afectó aproximadamente a 60 personas y la mitad de ellas tuvieron que ser hospitalizadas. Las causas más probables serían una mala manipulación de las frutas, no respetando las normas de higiene, la contaminación cruzada o haberse saltado la cadena de frío.
Las bacterias de la salmonela se encuentran en las heces de muchos animales. En el campo las frutas pueden entrar en contacto con ellas
Ademas de las frutas, estas bacterias pueden encontrarse en carnes, huevos y vegetales contaminados. Por eso es tan importante evitar la contaminación, siguiendo las normas básicas de higiene.
Estos cuidados son especialmente importantes durante las épocas de mayor calor, que es cuando los productos están más expuestos a riesgos.
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Otro riesgo que debe tenerse en cuenta es el microbiológico. Si bien la fruta, por sus características (mayor azúcar y pH más ácido), es uno de los alimentos con un menor crecimiento de patógenos que otros alimentos como las hortalizas, debe prestarse atención a los mohos. Una de las formas de controlarlo es mantener la temperatura de refrigeración adecuada y llevar cierta higiene en todos y cada uno de los procesos.
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En el momento de la compra de los alimentos se deben tener en cuenta algunas consideraciones, como fijarse bien en la fecha de caducidad, comprobar que el envase está en buenas condiciones y no presenta rasguños ni abombamientos y mantener la temperatura de conservación del alimento.
Si se detecta una bolsa con enmohecimiento en alguna parte, deberá rechazarse porque hay riesgo de que se haya perdido el sistema de protección y, por tanto, existe la posibilidad de que se formen micotoxinas.
Una vez en casa, debes poner las frutas tan pronto como sea posible en la nevera y, cuando las agarres con tus manos, es importante tenerlas completamente limpias, al igual que los utensilios.
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