Un taxista aceptó 6 meses de inhabilitación para su profesión y el pago de 1.
600€ de indemnización por negar el servicio y no permitir acceder al interior del auto a un invidente que iba con su perro guía.
Tras reconocer el delito, el juzgado de lo penal número 20 de Barcelona condenó al taxista a una pena de medio año de inhabilitación también para el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por vulnerar los derechos y las libertades públicas de una persona acompañada de un perro de asistencia y la ley del taxi.
Los hechos ocurrieron sobre las 13:20 horas del 16 de octubre en la avenida Meridiana de Barcelona, cuando el invidente, con la ayuda de una tercera persona, llamó a un taxi. Al tratar de acceder al interior del vehículo con el perro guía, el acusado se negó a transportar al cliente al grito de “perros no, perros no”, ello a pesar de estar legalmente obligado a permitir la entrada del animal.
Acto seguido, reinició la marcha y el invidente, que tenía todavía medio cuerpo fuera del coche, se golpeó con el marco de la puerta del vehículo y sufrió una contusión en el hombro y cervicalgia.
La Fiscalía consideró en la causa que la persona invidente y su perro guía forman una totalidad y que no permitir el acceso al perro guía comportaba inevitablemente la denegación delictiva del servicio a su dueño con discapacidad visual.
En su condena, el juez aplicó al taxista el atenuante de reparación del daño por haber abonado antes del juicio la mayor parte de la indemnización de 1.600 euros que se le ha impuesto en concepto de responsabilidad civil por las lesiones y el daño moral causado.
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