El hígado es un órgano que se encarga de muchas funciones vitales en nuestro cuerpo, almacena los nutrientes que necesitamos, se encarga de deshacerse de las toxinas y ayuda a la digestión.
Se trata de algo normal que se acumule grasa en el hígado en una cantidad reducida pero al excederse puede traer problemas en su funcionamiento. La enfermedad del hígado graso es cuando se ha excedido la cantidad de grasa y provoca varias afecciones.
Existen dos tipos de enfermedad de hígado graso:
La enfermedad del hígado graso no alcohólico o NAFLD.
Y la del hígado graso alcohólico conocida como esteatohepatitis alcohólica.
El hígado tiene la extraordinaria capacidad de repararse por sí solo. Esto quiere decir que la enfermedad del hígado graso podría tratarse y revertirse si no empeora demasiado, sólo tienes que cambiar algunos hábitos para que puedas mejorar.
Estos son algunos factores de riesgo de contraer la enfermedad del hígado graso:
Tener altos niveles de colesterol en la sangre.
Tener presión sanguínea muy alta.
La obesidad o sobrepeso.
Tener diabetes tipo 2.
Tener virus de hepatitis.
Tener una gran pérdida de peso en poco tiempo.
Usar prolongadamente algunos medicamentos como corticosteroides.
Los síntomas de la enfermedad de hígado graso.
Esta enfermedad hepática por lo general no muestra síntomas pero algunas personas podrían experimentar una molestia leve en la parte superior derecha del abdomen o momentos de fatiga.
Si el hígado se encuentra inflamado es posible que presentes estos síntomas:
Pérdida del apetito.
Momentos de desestabilidad y confusión.
Dolor en el vientre.
Debilidad y fatiga.
Cuando se presenta esta enfermedad se tiene un gran riesgo de contraer cirrosis, los síntomas que se producen:
Atrofia muscular.
Hemorragias internas.
Ictericia que es cuando los ojos se tornan amarillos.
Acumulación de líquido en el abdomen.
Realmente no existe un tratamiento estandarizado para la enfermedad del hígado graso, aunque estas son algunas soluciones para eliminar la acumulación de grasa:
Reducir la cantidad de alimentos con azucares y grasas, consumir más vegetales, granos y frutas.
Vacunarse contra la hepatitis A y B.
En caso de sobrepeso debes bajar gradualmente y de manera saludable.
En caso de tomar medicamentos debes preguntar a tu médico si necesitarás tomar otros o cambiar las dosis.
Los más importante es llevar siempre un estilo de vida sana, no solamente con la alimentación sino realizando actividades para que tu cuerpo se deshaga de las toxinas. Cuídate siempre.
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