Kristina es una chica de 19 años que tiene Síndrome de Down y quien, debido a las medidas de restricción impuestas por los gobiernos desde marzo, se encontró sin empleo.
Pero, lejos de desanimarse, decidió reinventarse. Tomó un poco de dinero que tenía ahorrado y emprendió una pequeña empresa.
Su sueño era abrir una cafetería en la ciudad de Fayetteville, Carolina del Norte, USA, en la que solo contratará personas con algún tipo de discapacidad, convirtiéndose en un ejemplo de solidaridad y humanidad para todos. Su antiguo trabajo lo realizaba en una guardería del estado.
Luego de mucho esfuerzo y dedicación, la mujer logró por fin la apertura de “Kristina’s Grinds and Grace”, frente a una boutique. Por su parte, Kechia, la madre, admitió que al principio se sintió preocupada por la iniciativa de su hija, pero que ahora la aprueba totalmente.
“A veces, la gente te trata de formas insospechadas, diferentes. Estaba un poco nerviosa y preocupada de pensar cómo tratarían a mi hija”, dijo Kechia.
Pero, a la resiliente emprendedora le ha ido de maravilla. De hecho, su carrito de café está siempre lleno de gente, tanto que, a veces no le alcanza, pero siempre está dispuesta a recibir a sus clientes con una fresca sonrisa y mucha amabilidad, dos de los grandes secretos de su éxito.
Kristina no se conforma y quiere expandirse mucho más. Su próximo proyecto será abrir su propio restaurante con el dinero que lleva recaudado, un lugar que será atendido por su extraordinario y eficiente grupo de empleados, en un claro apoyo a que todos los que, como ella padecen de alguna condición, logren su independencia.
Kechia está orgullosa por su hija y por la forma cómo ha logrado crecer por sí misma, así como generado empleo en otras personas con discapacidades. Esta actividad también la ha ayudado a superar su timidez, gracias al trato diario y constante que tiene con el público.
“Me siento orgullosa de mi pequeña, porque así la veré siempre, como el bebé amado que una vez traje al mundo”, confesó la madre, emocionada.
El negocio de Kristina tuvo un éxito rotundo, que incluso ha recibido un espaldarazo por parte de otros comerciantes locales y de Belk, una cadena de tiendas por departamentos muy famosa y popular en los Estados Unidos.
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