Los rescatistas son personas comprometidas con el bienestar de los demás, que no importa si se encuentran fuera de servicio o de vacaciones, siempre estarán dispuestos a dar todo de sí.
Cuidar a un bebé no es una tarea fácil, sus cuerpos son tan frágiles que cualquier cosa puede llevar su organismo al límite y ponerlos en riesgo de perder la vida. Como le ocurrió a un bebé que tiene la suerte de tener a un rescatista como vecino.
Todo ocurrió hace unos días en Foz do Iguaçu, Brasil, cuando las cámaras de seguridad de la casa del rescatista Marcos Vinicius Zanata grabaron el instante en que sus vecinos arribaron a la entrada, con su pequeño hijo de solo 10 días de nacido, pidiendo auxilio. Alguien apareció en su puerta suplicando ayuda.
El rescatista estaba en la piscina cuando escuchó los gritos de auxilio de la pareja. En segundos, el hombre se dirigió al portón de la casa e hizo una maniobra para ayudar al niño, quien luego fue llevado a un hospital.
Según Ana Paula Barbosa, madre del bebé, el menor estaba en su cuna, dentro de la casa, cuando empezó a sentirse mal. El recién nacido trataba de tomar aire y no podía respirar. Al percatarse de la seriedad de la situación, los padres corrieron a pedir ayuda en el vecindario, dirigiéndose de inmediato a la casa de su vecino.
“Él salvó a nuestro hijo. Mi marido vio que no podía ayudarlo, cada vez estaba más morado, sin poder respirar”, dijo Ana Paula. Marcos dio suaves golpecitos sobre la espalda del bebé, una y otra vez, colocándolo boca a bajo para que el aire volviera a fluir en su cuerpo. No descansó hasta asegurarse de que se encontraba a salvo.
“Vino corriendo, abrió la puerta e hizo una técnica. Salvó a nuestro hijo, no tengo palabras para agradecerle”, señaló el padre del niño, Bruno Barbosa. El bebé fue llevado al hospital y se confirmó que estaba fuera de peligro. Para Marcos la situación fue algo fuera de lo normal estando de vacaciones, ya que jamás había salvado a nadie estando fuera de servicio.
“Cuando vas a trabajar estás preparado para eso. Aquí estaba yo en mi descanso, en casa, sin esperar a que esto ocurriera. Pero, gracias a Dios, funcionó”, enfatizó el hombre.
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