Mucha gente haría cualquier cosa por amor, y una mujer en Argentina no se quedó atrás.
Lo que hizo en mitad de la cuarentena por el virus para ir al lado de su novio virtual dejó sorprendido a todos. Sabrina Layampa es una mujer de 32 años que vive en Orán, Salta, y conoció por una red social a Luis Pastata, un hombre de 29 que reside en Caleta Olivia. De inmediato empezaron una relación a distancia con la esperanza de conocerse lo más pronto posible.
Los días pasaban y la ilusionada mujer no podía contener el deseo de encontrarse con su amado y, a pesar de las restricciones debido a la pandemia, decidió ir a su encuentro. Así que salió desde su hogar y atravesó casi tres mil kilómetros cual mochilera enamorada.
Muchos camioneros le dieron un aventón y así llegó justo al límite entre Chubut y Santa Cruz donde el Comité Operativo de Emergencia le levantó un acta por incumplimiento de las normas sanitarias, y no le permitían el acceso hasta tanto no indicara un domicilio donde pasaría la cuarentena.
La chica estaba en un gran aprieto y se comunicó con su novio para que se encargara del incómodo asunto. Para complicar la situación, Luis le respondió a la autoridad, que él no estaba dispuesto a recibir a la mujer.
La policía estaba sorprendida ante la insólita situación, no les quedó más alternativa que ubicar a Sabrina en un tráiler hasta que pudiera encontrar la forma de regresar a su ciudad. Pero al novio también le tocó asumir, las autoridades policiales le informaron que sería denunciado ante la Justicia federal para que respondiera por su irresponsable proceder.
A raíz de eso Luis Pastata tuvo que reconsiderar su negativa e inició el trámite de los permisos respectivos para poder movilizarse con su pareja virtual y poder regresar juntos a Oran. La mujer jamás imaginó que la historia tendría ese final, pero por lo menos volverá a su casa con él.
Como era de esperarse, las redes sociales se inundaron de comentarios sobre lo ocurrido. Muchas personas tildaron de irresponsable el proceder de la pareja, y otros defendían a la mujer, pero también hubo quien estuviera un poco del lado del novio.
En ambos casos debió prevalecer la responsabilidad, madurez y sensatez para asumir una acción sin poner en peligro la seguridad propia y la de terceros.
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