En el mundo occidental es muy común encontrarnos niños que hacen berrinche por cualquier cosa: porque los papás no los quieren cargan, porque quieren que les compren algo, porque quieren comer más dulces, a veces solo porque sí.
Hay una frase muy conocida: la educación comienza en casa. Y es un hecho que nuestra educación es reflejo de nuestra cultura y de la manera en que fuimos criados.
No hace mucho tiempo, la forma en que muchos padres reprendían a sus hijos era por medio del castigo físico, “más vale una nalgada a tiempo a que el niño después haga cosas peores”.point 400 |
Actualmente muchos padres no implementan la metodología de sus ancestros, pues piensan que mediante el castigo físico los niños crecen con miedo y que realmente no ayuda a corregir su conducta.point 166 | 1
En la actualidad hay muchas teorías psicológicas que apuntan que lo mejor es entablar un diálogo con el niño, hacerle entender su error y las razones por las que no debe cometer ciertas acciones.
La realidad es que este método tampoco ha sido muy efectivo, pues como mencionamos en un principio es muy común ver a niños que se portan mal. Quizás las primeras veces que se “dialoga” con el niño puede funcionar, pero después de cierto tiempo el niño ya sabe que después de realizar alguna “fechoría” vendrá “un rollo abrumador” por parte de los padres y no pasará a más. Claro, cada niño es diferente y puede resultar para algunos.
Uno de los mejores métodos de enseñanza viene de Japón
Japón es una potencia a nivel mundial, sus habitantes se distinguen por su disciplina y educación enfocada a respetar a sus mayores y a no tolerar el fracaso.
En Japón no son tan comunes los métodos de enseñanza antes mencionados. Una clave del éxito de su educación consiste en que las madres están al cuidado de sus hijos desde su nacimiento y durante todas las etapas de su crecimiento, observando con detenimiento su comportamiento y actuando oportunamente cuando las necesitan.
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En Japón las madres acostumbran a estar con su hijo todo el tiempo hasta los 3 años. Una vez que el niño cumple 3 años lo manda a una guardería, en algunos casos al colegio. Es en este momento cuando la labor de enseñanza se vuelve más compleja.
En esta “nueva etapa” del niño es cuando se debe tener cuidado en la forma de reprenderlo. Por ejemplo, si destruye un objeto no se le debe regañar, ni castigarlo, es recomendable decirle “lo lastimaste”.
Este tipo de respuestas desarrollará la sensibilidad del niño y hará que valoré más su entorno. Lo que realmente se hace con este tipo de respuestas es desarrollar su lado emocional. Pero no solo la madre debe estar al pendiente de la crianza del niño, el rol del padre también es fundamental.
No serviría de mucho si solo la madre lo “alecciona” de esta manera. El niño tiene que ver que todos a su alrededor son sensibles con el entorno. De esta manera el niño aprenderá a valorar los esfuerzos que hacen los padres por su bienestar.
El objetivo de este método es desarrollar su sensibilidad.
¿Crees que en verdad este método funciona? ¿Lo recomendarías?
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