El asesinato de Jeremy Menesses en el centro de Londres causó mayor preocupación por las muertes violentas de adolescentes por asaltos de arma blanca, un tipo de ataque que ocurre en la capital británica desde hace más de un año.
El pasado sábado, el joven de 17 años de edad fue apuñalado mientras paseaba por Oxford Street, una de las calles comerciales más concurridas de la ciudad.
Armados con machetes, otros tres chicos lo persiguieron hasta que lograron alcanzarle y propinarle varias cuchilladas, a plena luz del día y ante el estupor de las personas que estaban de compras. Horas más tarde, Menesses falleció en el hospital.
Hasta el lugar de los hechos, se desplazaron amigos de Menesses, que depositaron flores donde el chico había sido asesinado y hablaron con la prensa. En sus declaraciones, los jóvenes resaltaron que la víctima “era inocente” y que lo único que deseaba era “ganar dinero para cuidar de su madre”. El chico vivía al sur de la ciudad, y se cree que el asesinato está vinculado con un ajuste de cuentas entre pandillas.
Las declaraciones de Benjamin Teacher, un músico callejero que presenció la tragedia de Oxford Street, son significativas. Teacher observó cómo un chico de 15 años, sacaba un machete de su funda, persiguiendo a Menesses: “Eran tres contra uno. Todos adolescentes”, describió el músico.
Londres vive una epidemia de ataques violentos, con la particularidad de que las víctimas y los agresores son menores de edad. En la mayoría de los casos, se emplean armas blancas para perpetrar este tipo de crímenes.
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