Algunos, comprometidos con su vocación, ponen su empeño en ofrecer lo mejor de sí mismos a los estudiantes en una época difícil. El profesor Jorge Jesús Gavelán Izaguirre, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la facultad de Ciencias Contables en Perú. Tenía dificultades respiratorias por las que tuvieron que administrarle oxígeno, él nunca dejó de trabajar.
Hasta sus últimos momentos daba clases con el oxígeno. Sus alumnos expresaron su admiración por el esfuerzo que hacía para enseñar, aunque su salud estaba quebrantada.
Cuando su condición empeoró, el profesor Jesús Gavelán Izaguirre fue llevado al hospital Almenara. Tras ser ingresado, lo único que pedía era que lo ayudaran a pasar sus notas al sistema de la universidad porque le costaba hacer esa tarea por sí mismo.
El maestro falleció el 13 de febrero, no resistió a las complicaciones que le causó el COVID-19 que había contraído por segunda vez.
El rector de la universidad, Orestes Cachay, envió un mensaje de condolencias, con qué cara, descarado”, escribió un usuario en redes.point 121 |
Niza y Fabiola Gavelán, hijas del profesor fallecido, declararon que su padre no quiso que un profesor suplente asumiera el rol de darle clases a sus estudiantes.point 262 |
Él decidió hacer su trabajo hasta el final porque cuando se enfermó por primera vez y abandonó a sus alumnos no vio los resultados esperados en su aprendizaje.point 136 | 1
La familia del profesor Gavelán adquirió un tanque de oxígeno para que él pudiera sentirse cómodo mientras daba clases, luchó para evitar que tuvieran que ingresarlo en un hospital, aunque sí tuvo que ser trasladado de urgencia.
El maestro sufría una cardiopatía, a mediados de enero se contagió del virus por primera vez y cuando se recuperó notó que el profesor suplente no cumplió con su trabajo, no corrigió las evaluaciones y no publicó las calificaciones de sus estudiantes.
Decidió dar las clases en cuanto recibió el alta médica, trabajaba seis horas al día y su consumo de oxígeno aumentó: pasó de usar cuatro litros a nueve litros por día.
Sus hijas los instaban a descansar, pero él insistía en seguir cumpliendo con su trabajo: “Le dijimos, papá para, y nos dijo: ‘No, yo quiero continuar’, y continuó. Daba clases virtuales tres veces por semana a tres grupos de estudiantes. Tras aplicar el examen final a los alumnos su salud se deterioró mucho.
“Lo llevamos a urgencias y le hicieron una prueba de antígeno y el resultado fue negativo. Le tomaron una tomografía pulmonar y le dijeron que tenía fibrosis y derrame pleural”, dijo su hija.
“Mi padre nos pidió, por favor, que si la prueba salía positiva lo lleváramos a casa porque él no quería volver al área COVID del hospital. Cuando estuvo en UCI fue muy fuerte y vio morir a gente todos los días”, dijo una de sus hijas.
Los doctores dijeron que debía permanecer en cuarentena en el hospital recuperándose, lo trasladaron a la UCI de cardiología, allí estuvo recluido hasta que falleció. Niza Gavelán, una de las hijas del profesor, le dedicó un mensaje en su perfil de Facebook: “Que grande eres papá, que orgullosa me siento de ser tu hija; que tus alumnos reconozcan tu vocación, tu dedicación y entrega a la docencia”.
“Aunque nos duele que ya no estés físicamente con nosotros siempre estarás en nuestros corazones. Eres un ejemplo a seguir. Mis hermanos y yo cuidaremos de mamá. Un beso al cielo, te quiero mucho papá”, finalizó.
Deja tu opinión sobre el caso, y compartelo con todos.