Se conocían desde hace dos años, pero se reencontraron en la madrugada del día 5 durante un festival de música en Pineda del Mar, en Barcelona.
Cuando las luces y la fiesta terminaron, él, J.C. y ella decidieron irse juntos hasta el hotel en el que se hospedaba el hombre. Una vez allí, en el hotel Balmes de Calella, ambos decidieron tener relaciones íntimas en la habitación. Antes de hacerlo, ella le pidió que usara protección. Tras aceptar, él se lo puso; pero, en mitad del acto, él se retiró el condón sin avisar a su compañera.
Horas después, ella presentó una denuncia contra el hombre que había conocido en el festival por abuso sexual luego de que ella le dijera que no quería seguir teniendo sexo con él sin protección, a lo que el denunciado se negó y continuó sin el consentimiento de la denunciante. Pasado el juicio, la sentencia de la Audiencia de Barcelona ha sido clara: absolución.
En la sentencia, se considera como hecho probado que la joven denunciante “recriminó” a su compañero que se hubiera retirado el preservativo sin avisar. De acuerdo con la declaración que prestó la víctima, ella se negó a seguir teniendo relaciones sexuales con el acusado, pero este se negó y continuó.
Según la denunciante, él la besó pero no empleó la violencia en ningún momento; pero ella le dio “un cabezazo” para que la dejara. A continuación, ella “se disgustó” y quiso irse del hotel. El denunciado la acompañó hasta la calle para que ella pudiera pedir un taxi.
Mientras esperaban, ambos admitieron que “vieron un auto de Policía y ella no les dijo nada”. Tras escuchar la declaración de la víctima, la Fiscalía solicitó una pena de cuatro años de prisión para el acusado por un delito de abuso sexual, así como cinco años de libertad condicional. Según refleja la sentencia, hubo varios motivos por los que se ha exculpado al acusado.
En primer lugar, porque las declaraciones de ambos afectados difieren en cuanto al consentimiento o no consentimiento al mantener relaciones íntimas. La víctima afirma que ella se negó en varias oportunidades a seguir con ellas luego de comprobar que el acusado se había quitado el preservativo y que él, sin embargo, continuó pese a sus negativas.
Mientras que la defensa del mismo sostiene que su cliente “perdió la erección” debido al consumo de alcohol mientras estaban en el festival (los dos reconocieron que bebieron, pero que no estaban borrachos en el hotel ), lo que motivó que “perdiera el preservativo de forma involuntaria”; y asegura que cuando su compañera se dio cuenta, paró enseguida.
“No se trata de creer o no creer a la considerada víctima, sino de analizar su relato con parámetros de rigurosidad y coherencia”, añade el escrito. Además, la declaración se realizó mediante grabación, ya que la denunciante no se presentó al juicio oral y no pudo ser localizada.
La declaración se hizo por video debido a que la víctima reside en USA. Por ello, desde el Tribunal afirman que, mientras escuchaban su relato grabado, ni siquiera pudieron visualizar el rostro de la denunciante y, por lo tanto, tampoco lograron captar el movimiento de sus manos o sus gestos.
También, destacan la dificultad en algunas partes de la toma de declaración de la testigo debido a que estaba hablando en un idioma distinto a su lengua materna.
Por último, de acuerdo con el testimonio de la víctima, ella dio un cabezazo al acusado para que este parara. Pero, el denunciado no presentaba ninguna lesión y la acusación tampoco solicitó que se le realizara alguna exploración médica para comprobarlo, por lo que no había ningún “indicador” que demostrara esta leve agresión; como tampoco hallaron lesión alguna en la víctima tras ser examinada.
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