Un niño con autismo fue herido en una ciudad del centro oeste de EE.
UU. cuando un agente de policía le disparó después de responder a un petición de ayuda de la madre, incidente que alimenta la polémica sobre el abuso policial en la nación norteamericana.
Linden Cameron, de 13 años de edad, pasaba por un episodio de alteración mental cuando su madre, Golda Barton, llamó al número de emergencia 911 para solicitar asistencia en la ciudad de Salt Lake City (estado de Utah). “Les dije, está desarmado, no tiene nada, solo se enfada así y empieza a gritar. Es un niño tratando de llamar la atención”, declaró la madre a la prensa.
Cuando la policía llegó a la escena, el joven huyó y en la persecución uno de los oficiales le disparó en varias ocasiones. “Durante una corta persecución a pie, un oficial disparó su arma y alcanzó al menor”, dijo el sargento Keith Horrocks de la policía de Salt Lake en una rueda de prensa. “Fue llevado al hospital en estado grave”, añadió. El menor sufrió lesiones en el hombro, intestinos, vejiga y tobillos.
“Es un niño pequeño, ¿por qué no solamente lo tumban?”, dijo entre lágrimas la madre, recordando lo que le imploraba a los agentes. Según la versión policial del procedimiento, Linden Cameron era considerado sospechoso de “amenazas con un arma”, pero de acuerdo con Horrocks, no se encontró en el lugar ninguna evidencia de un arma.
En un país sacudido por protestas contra la brutalidad policial después de la escandalosa muerte de algunos ciudadanos negros, la situación de Cameron provocó la denuncia de varias organizaciones locales de discapacitados. “Se llamó a la policía para que ayudara, pero lo que hizo en cambio fue más daño”, dijo la organización Neurodiverso basada en Utah.
Deja tu opinión sobre el caso, y comparte la noticia con todos.