Curtis Young tenía un tumor en la cabeza que estaba creciendo y era muy peligroso, pero él ni siquiera tenía idea, hasta que su perrita le avisó qué algo iba mal.
El tumor de Curtis estaba presionando su cerebro y en menos de 5 meses le ocasionaría un parálisis y en un año la muerte.
Tras una resonancia magnética se confirmó el cáncer, y empezó a tratarse.
Luego de la cirugía eliminaron el tumor y, por desgracia, también su capacidad auditiva del oído derecho.
Después de un tiempo, la perrita lamió la espalda de Curtis.
A pesar de que él la alejaba, ella insistía. Esto extrañó a Curtis de nuevo y decidió que era buena idea ir a un chequeo médico.Así lograron encontrar a tiempo un tipo de cáncer en la piel de Curtis. Gracias a su pequeña y canina compañera su vida se salvó. Young dice que su mascota es muy especial, es toda una heroína. Muchos veterinarios han dicho que los perros tienen la capacidad de oler y detectar el cáncer, es por eso que lo que hizo esta amiga no es una casualidad.
A pocos días de la Navidad de 2009, la pequeña se enfermó de gravedad y muchos veterinarios sugerían que lo mejor era sacrificarla. Young no se dio por vencido y encontró quien pudo salvar a su pequeña compañera.
La vida de Young ha cambiado mucho, pasó por un divorcio y su perrita por una operación de cataratas, pero ambos siguen juntos.
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