Esta historia trata sobre un chico de 12 años de edad que, en cuanto a lo que se refiere a cuidar de su abuela no se detiene ante nada ni ante nadie.
PJ Brewer-Laye y su abuela Angela Brewer-Laye son inseparables, acostumbrados a salir de paseo en automóvil por las inmediaciones de su vecindario en Indianapolis, EE.UU.
Un día, mientras su abuela hacía el recorrido a pie, empezó a sentirse mareada; le costaba enfocar la visión y apenas podía caminar. Al enterarse de la noticia el chico, lejos de entrar en pánico tomó el volante del Mercedes-Benz de su abuela y sin pensarlo dos veces la colocó en el asiento de copiloto y la llevó hasta el hospital más cercano.
“Estaba apoyada contra una señal de alto y de pronto, miro a mi derecha y veo mi coche, mi Mercedes-Benz que viene hacia mí”, contó Angela. Esta rápida reacción del chico fue calificada como un acto de heroicidad, ya que ello fue lo que permitió que su abuela recibiera la ayuda médica que necesitaba con urgencia luego de sufrir el ataque que prácticamente amenazaba con dejarla paralizada. Una vez dada de alta, su nieto la llevó a casa.
“Me llevó a casa y se detuvo en el camino de entrada. Y cuando digo que se detuvo en el camino de entrada con tanta precisión, porque mi camino de entrada es un poco estrecho. No subió a la acera, en el césped, nada. Se detuvo en el camino de entrada, en el garaje y me ayudó a salir del auto”, agrega la abuela.
Obviamente, PJ no tiene licencia de conducir debido a su corta edad, lo que nos haría pensar en un inminente quebrantamiento de la ley por su parte, sin embargo, gracias a su experiencia previa como conductor de autos y otros vehículos de cuatro ruedas, así como de karts de juguete, logró sortear la situación y salvar a su querida abuela.
El nieto de Angela es un niño muy especial, inteligente y despierto. Dice que sospecha que eligió el Mercedes porque las llaves eran las más fáciles de alcanzar, y que en todo momento se le vio muy tranquilo y sereno detrás del volante, el acelerador y los frenos.
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