Un padre de origen ruso que contó en Reddit cómo encontró a su hija de 17 años acostada en el sofá con un chico desnudo.
Sin embargo, su reacción no fue la que esperarías…
“Una mañana bajé las escaleras y me encontré con la siguiente escena: Mi hija de 17 años acostada en el sofá, desnuda con un chico, después de lo que parecía haber sido una noche bien animada”.
En silencio, preparé el desayuno, subí de nuevo las escaleras y le dije a mi mujer, a mi hijo y a mi hija pequeña que bajasen en silencio.point 214 |
Cuando nos sentamos en la mesa del comedor, que estaba a unos 6 metros del sofá, grité “¡JOVEN, el desayuno está listo!”.point 116 | Creo que nunca había visto a nadie levantarse tan rápido.point 166 | Lo dije con un tono de voz que pretendía arrancarle el alma.point 216 |
Tiré de la silla que estaba a mi lado y le dije “¡Siéntate!”.point 64 | Mi familia estaba en un completo silencio, casi sin pestañear ni mover un músculo.point 135 | 1
Debieron ser los 6 metros más difícil de recorrer de la vida del chico desnudo, mientras trataba de esconder, debo reconocer, su bastante impresionante “herramienta”. Después de vestirse se sentó.
Mi hijo, que mide 1,8 metros, le dio una palmadita en la espalda, lo miró directamente a los ojos y le sacudió la cabeza, lo que lo puso aún más nervioso. Casi podías oler su miedo.
Traté de marcar al máximo mi acentor ruso y dije:
“Amigo, te voy a preguntar algo y la respuesta que des va a ser muy importante…” – en ese momento podía ver cómo le caían las gotas de sudor por la frente – “¿Te gustan los gatos?”
Era claro que se trataba de una pregunta con trampa. Mientras estuvo pensando la respuesta, se podía ver que el chico era bastante simpático, no había tenido educación, pero tampoco era tonto. Aunque había algo un poco extraño en él. Mi hija me aseguraba que era un chico muy agradable y atento con ella, lo conocía desde hacía dos meses, y él venía cada día, aunque nunca se había quedado por la noche.
A partir de ese momento, cada mañana venía a recogerla para llevarla al colegio en su bicicleta y después la traía de nuevo a casa. La cuidaba cuando estaba enferma si nosotros estábamos en el trabajo. Invertía su tiempo y esfuerzo con la paciencia de un ángel cuando tenía uno de sus terribles berrinches.
Ella me contó que no tenía familia, no tenía educación, ni un trabajo estable. Sin embargo, ella lo adoraba, y él a ella. ¿Quién era yo para tratar de impedir que pudiesne aprender de sus propios errores?.
Después de ocho meses, mi hijo vino a mi para hablarme sobre el chico. Resulta que se había enterado de que era un «sin techo». Su padre era un maltratador, y se había suicidado. Y su madre, un prostituta adicta al crack hizo lo mismo tres semanas después.
Él tenía 15 años cuando ocurrió todo esto, y ha conseguido sobrevivir por si solo durante 3 años en las calles. Durmiendo en los parques, en albergues, con «amigos»… Cuando conoció a mi hija en las clases de equitación, él se encargaba de recoger los restos y basura de los caballos. Era un chico muy guapo, y bueno, ya sabéis… una chica de 17 años con las hormonas revolucionadas…
Y aquí estaba yo.point 15 | Frente a un chico de 18 o 19 años de edad, que era educado, que siempre tenía una sonrisa en la cara, y que te hacía sonreír.point 118 | Que se preocupaba por los demás, que ayudaba en lo que podía, sin necesidad de que se lo pidieses.point 200 | Que hace feliz a mi hija.point 220 |
Un chico que nunca tuvo la oportunidad de ser un niño.point 45 | Un niño con un maníaco depresivo como padre, y una prostituta como madre, y que muchas veces tenía que recurrir a los vecinos para poder conseguir algo de comer.point 181 | 1
Y tenía que reconocer lo que ya era evidente. Había conseguido hacerse un lugar entre nosotros. Muchas veces, cuando no viene a casa porque tiene algún trabajo, le echamos mucho de menos. No es que sean realmente amigos, pero mi hijo se lleva muy bien con él. Mi hija pequeña confía en él profundamente, y el instinto maternal de mi mujer parece haberse extendido. ¿Y yo?… algunas veces me preocupo por él. Quiero que sea feliz.
Le dije a mi mujer y a mi hija lo que había descubierto sobre él. Lloraron. Fue un momento duro cuando se lo conté. Sin embargo, me decepcionó un poco mi hija mayor. Ella sí lo sabía. Debería haberlo contado. Ella lo amaba con locura, y sin embargo le permitía irse cada noche a… dónde?
Al día siguiente le confié las llaves de mi casa. Le dije que lo esperaba en casa todas las noches. En las siguientes semanas arreglamos la habitación de invitados y quise llevarle conmigo para comprar algunos muebles. Sin embargo él lo rechazó. Era bastante bueno construyendo cosas y quería ganárselo por si mismo.
Ahora, 15 años más tarde, mi hija y él, a quien ahora considero como otro hijo más, tienen un negocio que ha ido muy bien. Además nos han dado tres preciosos nietos, dos de ellas gemelas, y un pequeña niño»
Y esa ha sido la preciosa historia. No ha sido lo que esperabas, ¿verdad?
Quizás sea uno de esos ejemplos en los que no deberíamos juzgar a las personas por la primera impresión, ya que pueden ocultar algo mucho más importante en su interior.