La vida no está garantizada y cualquiera puede perderla en cualquier momento.
No hay garantía del tiempo que podemos pasar en este mundo. Es imposible tener una idea precisa de cuándo exhalarás el último aliento o te despedirás por última vez.
Una joven pareja decidió sacar lo mejor del corto tiempo que tenían en esta tierra. Su unión, sin embargo, se llevó a cabo contra una triste realidad de lo inevitable.
Los dos, Lynda Dominguez, de 19 años y Joshua Ordoñez, de 21, tuvieron su primer encuentro a través de la web. Los dos tortolitos tenían una conexión instantánea e incluso Joshua admitió que Lydia era la pareja perfecta para él en todos los sentidos.
Pero la feliz pareja pronto entró en un ambiente oscuro después de enterarse de que el cáncer de Lydia había vuelto y amenazaba con destruir lo que tenían juntos.
“Nos juntamos, y estábamos felices”, dijo Joshua. “Y luego descubrimos que se estaba enfermando de nuevo. Simplemente no nos enfocamos demasiado en eso. Nos enfocamos en cómo podíamos hacernos felices en los días que pasamos juntos “.
La realidad de que la estadía de Lynda en el Hospital Infantil de El Paso sería la definitiva, pronto comenzó a asimilarse.
El último deseo de Lynda era casarse con el amor de su vida. A medida que el pronóstico se hizo más y más sombrío, Joshua supo que tenía que cumplir el deseo de su novia y pronto.
Sin lugar a dudas, el joven Joshua cumplió su promesa. El lunes, 12 de febrero, le propuso matrimonio, y los dos organizaron una pequeña ceremonia en el hospital con la ayuda de sus familiares cercanos y amigos.
“Estalló en lágrimas y luego dijo que sí”, dijo Joshua. “Así que supongo que sí, esa es la duda. Pero aparte de eso, ella dijo que sí, de inmediato”.
Lydia Dominguez, a 19-year-old kidney cancer patient, married her best friend Joshua Ordoñez, 21, in a last-minute wedding on the 10th floor of El Paso Children's Hospital. She died in Ordoñez's arms.
Posted by KENS 5 & Kens5.com on Friday, February 16, 2018
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Vestida con un hermoso vestido blanco, cabello y maquillaje hecho, ramo en mano, Lynda lucía mágica. Independientemente de que estuviese atada a las máquinas, la hermosa novia con sus calcetines rojos color rosa del hospital decidió que nada iba a detenerla caminando por el pasillo.
La calidez y el amor que sintió al caminar por el pasillo del hospital de los presentes hicieron que todo el hospital se sintiera celestial.
La pareja intercambió sus votos rodeados y atestiguados por sus amados padres. La modesta ceremonia no involucró documentos legales, lo que legalmente no convirtió el evento en una boda. Sin embargo, fue muy real para Lynda y Joshua.
Joshua en una entrevista admitió que estaba totalmente comprometido con ella y que estaría allí para Lynda hasta el último aliento.
La respuesta de Lynda cuando se le preguntó por qué optaron por hacer la ceremonia tan cerca de su final simplemente respondió: “Porque lo amo”.
El día de San Valentín, Lynda logró despertarse por la mañana.
“Esa mañana (Lydia) se despertó y dijo que tenía que peinarse” , explicó su portavoz de UMC. “Así que se hizo un moño.
“Luego se debilitó un poco y, tumbada, se volvió para mirar a su marido y sonrió. Ella se sentó y le dio el mayor abrazo. Luego volvió a recostarse, y toda su familia le dijo que estaba bien, que podía dejarlo ir. Y en dos respiraciones, ella se había ido.
Lynda puede haber abandonado este mundo demasiado pronto, ¡pero le ofrece a su familia y esposo un poco de alivio al saber que le dieron la despedida que ella merecía y deseó!