Es cierto, que muchas parejas se prepararan con ilusión para la llegada de un bebé, y se ponen a ello con todas sus fuerzas, la noticia de un embarazo muchas veces puede tomarlos por sorpresa.
Vanina Catalá Ortmann y su pareja, Leonel Chainski, de Argentina, ambos de 35 años de edad, emprendieron el viaje de sus vidas, a Europa, a finales del 2019. Querían conocer las ciudades donde vivieron sus ancestros, sin imaginar que regresarían con descendencia.
Se encontraban de paso por Polonia cuando Vanina comenzó con muchas náuseas y sueño y un retraso de varias semanas en su periodo. No tardó en ir a la farmacia por un test de embarazo para salir de dudas, ya que estaban buscando un bebé y había dejado de cuidarse.
Vanina y Leonel llevan 15 años juntos y 5 años conviviendo como pareja.point 161 | El 28 de enero fue cuando Vanina se quedó impresionada al ver las 2 rayas marcadas que mostraban su estado de embarazo.point 262 |
Sobre todo porque todavía le quedaban semanas de viaje, y mucho malestar a cuestas.point 73 | No fue hasta el 15 de febrero cuando regresó a su país y acudió a la consulta de la doctora María Inés Visco, especialista en diagnóstico prenatal.point 206 |
Sin embargo, ese día marcaría un antes y un después en sus vidas.point 58 | 1
Apenas comenzó a monitorearla, se encontró con algo que la dejó sin palabras. “Es un embarazo trigemelar”, dijo la doctora. Vanina se puso a llorar, en medio de un mar de emociones revueltas. Estaba feliz por el embarazo, sin embargo, ¡muerta de miedo de que fueran tres! “Me tapé la cara y me puse a llorar. Casi muero: fui por uno y al final eran tres”, recuerda Vanina.
La obstetra le informó que se trataba de un “embarazo monocorial triamniótico”. “Los bebés comparten la placenta y todas las características físicas, entre ellas, el sexo y el grupo sanguíneo. Son genéticamente iguales”, explicó María Inés Visco. Es un caso que sucede 1 vez cada 200 millones. Dichos embarazos ocurren cuando un espermatozoide fecunda un óvulo y queda dividido en tres en la primera etapa de gestación.
“Generalmente, uno aprende estas cosas en la universidad, sin embargo, después es muy difícil encontrarlas en la vida real. Más, cuando se dan de forma natural como en esta pareja”, añadió la doctora. Vanina no salía de su asombro porque tendría tres bebés genéticamente idénticas y serían niñas.
Vanina y Leonel entraron en pánico al principio, sin embargo, después se dieron cuenta de que era la bendición más grande que les podía haber ocurrido. Por suerte, tendrán muchas manos que los ayudarán con las pequeñas: Julieta, Victoria y Delfina.
Vanina admite que tuvo miedo de que fueran prematuras, ya que casi siempre en los partos múltiples nacen a las 24 semanas y con 600 gramos. “Ya estoy en la semana 30 y las niñas pesan 1 kilo, 200 gramos cada una, así que están perfectas”, dice feliz la futura madre.
“Cada vez que Vanina viene a hacerse un chequeo se arma una revolución. Hay que estar dormido para no enamorarse de esto que está pasando. Toda la comunidad médica de este establecimiento está conmocionada”, dice Visco. “Sigo maravillada. Las niñas tienen la misma porción de placenta cada una. A medida que van creciendo, se ve cómo interactúan: cuando les quieres enfocar la cara a una, la otra se la tapa con un pie. Es muy gracioso”.
Lo mejor de todo es que hasta ahora ha sido un embarazo completamente normal, Vanina no ha tenido que guardar reposo en ningún momento y en pocas semanas se prepara para finalmente abrazar a sus tres princesas. “Las niñas son importadas, sacando cuentas, estamos seguros de que fueron “made in Europe”, finaliza bromeando la madre primeriza.
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