Una novia con una enfermedad terminal se casó con su amado prometido después de que le dijeran que solo le quedaban días de vida debido a su avanzado cáncer.
Ashleigh de 23 años vive en Australia, y se casó con el amor de su vida, Jason Hale, en una ceremonia conmovedora frente a cincuenta amigos y familiares que los apoyan.
Como reveló el padre de la novia, la ceremonia representa tanto el momento más feliz como el más triste de su vida.
“Nos dijeron a fines de agosto que tenía de uno a tres días de vida y su fuerza para seguir aquí 12 días después para casarse solo demostró lo importante que era el momento para ella”, expresó el amoroso padre en una entrevista con Daily Mail Australia.
Como explicó la familia, la joven de 23 años ha estado usando su enfermedad para alentar a otras personas a someterse a controles cutáneos desde que le diagnosticaron cáncer.
Según Tony, su hija visitó por primera vez a un médico generalista en 2018 después de notar un punto extraño en su pierna. Después de que le dijeron a la joven de 20 años que tenía una verruga, supuestamente la derivaron a un especialista que resultó ser “un cirujano general que le dijo que solo era algo estético y que le costaría $ 2,500 eliminarlo”.
Como agregó el padre molesto, ninguno de los dos médicos que revisaron a su hija realizó una biopsia, mientras que ambos le aseguraron que “no había nada de qué preocuparse”.
Con el paso del tiempo, el bulto de Ashleigh siguió creciendo y se volvió más doloroso. Después de que la mancha comenzó a sangrar, supo que era hora de hacer una visita a otro médico que “inmediatamente le hizo una biopsia y le dijo dos días después que era un melanoma”.
“Decepción no es como lo describiría. Lo describiría como que nos han traicionado porque ella confió en esos profesionales”, expresó Tony.
“Ella les creyó y continuó su vida como si no pasara nada. Si le hubieran diagnosticado la primera vez que fue a verlos, no estaría donde está ahora”.
Según Tony, su hija ahora sufre de “cáncer de pulmón, cáncer de hígado, cáncer de pecho”, y sólo tiene unos días de vida.
Para que el sufrimiento de hija no sea en vano, los padres de Ashleigh iniciaron un caso contra los dos practicantes que diagnosticaron erróneamente a su hija.
Como insistieron, no buscan dinero, sino que quieren que los médicos “reconozcan sus errores y asuman la responsabilidad”.
“Si los médicos no están haciendo las cosas básicas como una biopsia, consigue que otra persona también te revise”, aconsejó Tony.