Para la mayoría de las mujeres, el día más anhelado, lleno de ilusión, nerviosismo y emoción es el día de su boda.
Para el padre de la novia, sea biológico o de crianza también es un día muy especial, la niña de sus ojos abrirá sus alas y saldrá del nido para volar hacia otro destino, junto a otra persona.
La boda de Ana Carolina fue doblemente importante y particular, ya que llegó escoltada hasta el altar por su padre, de un lado, y por su padrastro del otro, es decir, fue entregada en matrimonio por los dos seres más importantes en su vida.
“No tenía sentido que fuese de otra forma, porque mi padre jamás dejó de estar en mi vida. Después, cuando mi padrastro llegó a ella, no hizo más que agregar alegría”, dijo la futura esposa antes de casarse. La hermosa escena, que da cuenta de la ideal armonía que se respira entre todos los miembros de esta familia se volvió viral entre los seguidores de las redes sociales.
En las imágenes se observa a la orgullosa y flamante mujer diciéndole a los encargados del protocolo que continuaría tomada del brazo de ambos hombres, lo que sorprendió a todos los asistentes a la ceremonia, mientras los padres se miraban entre sí con un gesto de cierta complicidad.
“Estaba tan feliz con el gesto. Fue una señal de buen fruto cosechado en nuestra relación entre padrastro e hijastra. Haber participado en este momento tan especial en el que todas las novias lo dejan reservado solo para los que son padres biológicos fue muy especial para mí”, dijo el padrastro, Hamilton Carlos.
Por su parte, a decir del propio Rogério Passos, padre natural de Ana Carolina, el cambio de planes de la novia lo sorprendió en un principio, pero, siguió el ritual. Se emociona al pensar lo mucho que su hija valora a su padrastro, lo quiere y lo respeta tal y como a él.
Para Ana, su corazón se encuentra dividido en dos partes igualmente llenas de amor. Le tomó mucho tiempo decidir hacerlo, ya que no estaba segura de si ambos aceptarían. No quería herir a ninguno de ellos con su elección, así que tomó la opción más salomónica y más justa.
A pesar de que los padres de Ana se separaron cuando ella tenía 3 años de edad, y su padrastro entró a su vida a los 5 años, la relación familiar, en general, siempre ha sido fluida, hecho que facilitó a la novia tomar la decisión sin problemas.
El matrimonio selló un noviazgo que duró 7 años con Matheus Paschoalotto. Los dos son ingenieros y vivían en ciudades diferentes, ella en Guaratinguetá y él en São Bernardo dos Campos, Brasil. Se conocieron por medio de la prima de Ana, Fabiana, quien hizo de Cupido entre ambos.
Tanto el padre, el padrastro, la madre, madrastra, y su hermana Sophia son parte de su vida y, por fortuna, se mantienen viviendo bajo una completa armonía y respeto mutuos.
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