Un niño de 11 años de edad, ha irrumpido armado este viernes en una escuela de la localidad mexicana de Torreón, al norte del país, y asesinó a tiros a su profesora antes de quitarse la vida, según las autoridades locales, que han confirmado además que seis personas resultaron heridas en el tiroteo.
Un portavoz de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Coahuila, Adelaido Flores, detalló que el tiroteo se registró en la escuela privada Colegio Cervantes por la mañana y que otros cinco estudiantes y otro profesor resultaron heridos. Flores identificó al presunto agresor como un alumno de once años de edad.
Los hechos ocurrieron a las 08:15 hora local (14:30 GMT) en el Colegio Cervantes de Torreón, situado en el estado de Coahuila. Según las primeras versiones, un menor de once años llevó a cabo un ataque a mano armada en el centro escolar, del que era alumno, al disparar a su maestra y compañeros y después suicidarse.
Según el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño Infante, portaba dos armas. “Ya estamos investigando, pero ni el padre del niño sabe cómo tuvo acceso al arma”, dijo a medios el delegado de la Fiscalía del estado de Coahuila, Maurilio Ochoa.
Explicó que los heridos son seis, dos graves y cuatro estables, entre ellos una profesora. Todo apunta a que la maestra fallecida era la educadora del alumno. Informó que “el niño pidió permiso para salir del aula, tardó mucho, la maestra fue a buscarlo y luego vino el ataque”. Después de conocer el suceso varios padres llegaron al centro educativo por sus hijos en donde el ambiente era de llanto y nervios.
Por otro lado, el alcalde dijo a la prensa que la investigación estaría a cargo de la Fiscalía, organismo que precisará la información del suceso, y recomendó a los otros colegios de la ciudad “revisar las mochilas de los niños” y avisar a las autoridades cuando detecten algún comportamiento extraño en un menor.
Según cercanos al alumno, el menor, quien cursaba el sexto grado, tenía buenas notas y era destacado. Después de lo ocurrido, agentes de seguridad de la Guardia Nacional, Policía Civil, Estatal, Municipal y Metropolitana se apostaron alrededor de la zona para vigilar a alumnos, padres y maestros.
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