Como todos los años, Saroo Brierley celebraba su cumpleaños el 22 de mayo.
Pero ese no fue el día en que nació: fue el día en que fue encontrado. Saroo creció en una zona rural en la India. Él solía salir con su hermano mayor para buscar monedas y comida en los trenes para ayudar a su madre y sus hermanos. Un día de 1986, Brierley se quedó dormido en un tren vacío estacionado a pocas paradas de su ciudad natal mientras esperaba que su hermano lo fuera a recoger.
Cuando se despertó horas más tarde, se encontraba a cientos de kilómetros de distancia, yendo a la deriva en un tren fuera de servicio que eventualmente se dirigía a Calcuta. “El pánico se apoderó de él”, cuenta Brierley. Se despertó hambriento, encerrado en su interior y precipitándose hacia un destino desconocido. “Estaba llorando por su familia”.
Bierley pasó semanas horribles sobreviviendo en las calles de Calcuta antes de ser llevado a un orfanato y adoptado por una pareja australiana. En su libro de memorias A Long Journey Home (Un largo viaje a casa), Saroo cuenta su historia, el cual fue el tema de la película Lion, protagonizada por Dev Patel como Brierley y Nicole Kidman como su madre adoptiva, Sue.
Todavía más sorprendente, el viaje de Brierley lo haría cerrar el círculo: más de dos décadas después de que fue arrancado de su familia india, Brierley se reuniría con su madre biológica luego de una concienzuda búsqueda de una ciudad natal que apenas recordaba, utilizando Google Earth.
Ahora con 35 años, Brierley, quien vive en Hobart, Tasmania, con sus padres adoptivos, todavía puede recordar ese día crucial en su ciudad india antes de que su vida se descarrilara por completo.
Pero, ser desarraigado a Calcuta lo sumió en el caos.
Subsistió comiendo de la basura y bebiendo del grifo. En un momento dado, huyó de una pandilla que secuestraba a niños de la calle. “No hay salvación”, dice. “Lo único que podrías hacer es intentar sobrevivir un día a la vez”.Pasó un tiempo y fue llevado ante las autoridades y lo procesaron en un precinto el 22 de mayo del año 1987, el día que designaron como su cumpleaños en documentos oficiales. Young Brierley, un hablante hindi que no entendía el dialecto bengalí de Calcuta, ni siquiera sabía el día en que nació.
Su adopción por Sue y John Brierley proporcionó la salvación para el niño perdido. “La llegada de Saroo fue una especie de nacimiento en nuestra familia”, Sue habla sobre su primer encuentro con su hijo en el aeropuerto de Tasmania. “Fue solo un momento fantástico, lleno de amor y alegría”. Le dieron algunos chocolates, un libro y un koala de peluche. Brierley más tarde lo llamó Koala Dundee.
“No nos llevó mucho tiempo darnos cuenta de que venía de una buena familia”, dice John, “con amor a su alrededor”.
Brierley creció en un hogar feliz, muy cerca de la playa.
Sus padres después adoptaron otro niño de la India. Sin embargo, Brierley permaneció obsesionado por su turbulento y misterioso pasado. Entonces, cuando descubrió Google Earth, que proporciona vistas aéreas del planeta, lo vio como una oportunidad de localizar a su familia biológica.Durante cinco años, se embarcó en una búsqueda “obsesiva”, rastreando las vías del tren en todo un circuito de telarañas, todas saliendo en espiral de la ciudad ahora conocida como Kolkata. Entonces, un día, se encontró con algo: una torre de agua que reconoció. “¿Esto es real?”, se preguntó a si mismo.
A partir de ahí, las piezas del rompecabezas, cayeron lentamente en su sitio. Una plataforma de estación de tren. Un puente peatonal. Un barranco. Era la topografía de una juventud perdida. “Fue un momento surrealista”, dice al explicar su descubrimiento. “Estaba saltando de alegría”.
En febrero del año 2012, Brierley viajó a la ciudad india central de Khandwa, alimentado por el apoyo de sus padres adoptivos. “Queríamos que estuviera completamente feliz con su identidad”, dice Sue.
Mientras vagaba por Khandwa, Brierley retrocedió poco a poco por caminos y senderos que comenzaron a enfocarse, siguiéndolos hasta que lo llevaron a un lugar familiar y polvoriento lleno del sonido de los frenos chirriantes y gente gritando: su ciudad natal.
Allí, los aldeanos lo llevaron hasta una mujer mayor que miró hacia atrás en estado de shock. Rodeada por la gente de la ciudad, dio un paso adelante, a sabiendas se acercó y tocó a su hijo. Brierley y su madre biológica, Fátima, se abrazaron muy fuerte entre lágrimas. “Fue el instante más crucial de toda mi vida”, comentó.
Un año más tarde, Sue, acompañada por Brierley, viajó a Khandwa para encontrarse con la mujer con la que ahora compartía un vínculo.
Con la ayuda de un traductor, los tres se reunieron.
“La tierra parecía moverse”, dijo Sue sobre ese momento. “Empecé a llorar, y ella me abrazó. Ella dijo a través del traductor: “Ahora es tu hijo. Te entrego a mi hijo”.Nos quedamos allí un rato, solo nosotros tres abrazados.
De repente no hubo ruido. Solo se escuchaba nuestra respiración”.Brierley regresó varias veces a la India para visitar a Fátima, a quien le compró una casa. “Es tan encantador”, dice Dev Patel sobre Brierley. “Nos encontramos en Australia, y él es muy generoso. Saroo es el claro ejemplo de un joven que deseaba conocer sus raíces.
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