Las palabras ‘tiburón’ y ‘Australia’ empleadas en una misma frase no suelen traer a la mente nada bueno.
En un país conocido por los ataques de tiburones a nadadores y surfistas, es normal que la gente sienta miedo por estos animales, aunque hace unos días sucedió algo que contradice esa generalización.
Billie Rea, una niña de 11 años, no lo pensó dos veces al rescatar a un pequeño tiburón que había quedado atrapado entre las rocas durante la marea baja.
“Tengo un tiburón aquí. Ven aquí, cariño ”, le dijo la pequeña al tiburón en un video difundido en las redes sociales hace pocos días.
Con determinación, la niña sacó al animal de su encierro en un estanque cerca de la orilla de Kingston Beach, a unos 10 kilómetros al sur de la ciudad de Hobart (Tasmania).
“Está bien, está bien”, susurró Billie, quien estaba acompañada por su madre, mientras caminaba sobre las rocas cubiertas de musgo con el tiburón de manchas marrones, antes de soltarlo en aguas abiertas.
Cabe aclarar que la niña no corría peligro, pues la especie de tiburón, de tablero de ajedrez (Cephaloscyllium isabellum) es un animal con movimientos letárgicos, que recorre tranquilamente el fondo de las aguas para alimentarse de pequeños crustáceos.
“En cuanto lo avistamos supe lo que era y además que no podía dañarlo”, dijo Abby Gilbert, la madre del niño, a la televisión ABC
“Se puede ver en el video cómo está tranquila y me pareció que el animal se sentía seguro con ella ”, agregó.
Lo que más le preocupó fue que su hija se resbalaría caminando sobre las rocas mojadas hasta llegar a la zona de aguas abiertas donde arrojó al animal. “Ten cuidado porque esto es muy resbaladizo”, se oye decir a la madre justo antes de que la pequeña Billie llegue al borde del agua y suelte al pequeño tiburón en el mar.