Una chica se sentará el próximo martes en el banquillo acusada de matar a su bebé, recién nacida, de 9 puñaladas, en un juicio en la Audiencia Provincial de Madrid en el que el fiscal pedirá para ella 22 años de prisión.
Sonia B. acababa de cumplir la mayoría de edad cuando apuñaló a su bebé, según recuerda el fiscal en su escrito de calificación, en el que afirma que ningún familiar de la joven sabía que estaba embarazada de una niña cuyo padre biológico se desconoce, ya que las pruebas de ADN descartaron que la pareja con la que convivía lo fuera.
De lunes a jueves la joven vivía con su novio, los padres y un hermano de aquel en un domicilio del municipio madrileño de Alcalá de Henares. Sobre las cinco de la madrugada del 20 de febrero de 2018, la chica rompió aguas en el salón de la casa y dio a luz a una niña, que “nació viva y respiró espontáneamente fuera del claustro materno, procediendo a cortarle el cordón umbilical”, añade el escrito.
La acusada, que había mantenido su embarazo oculto tanto a su pareja como a sus familiares, tomó ese mismo día un arma blanca “sin determinar” y apuñaló en varias ocasiones en distintas partes del cuerpo a la niña.
“En tres ocasiones el arma penetró en el corazón, otra en el diafragma, y otra perforó el pulmón izquierdo, provocándole un fallo cardiorrespiratorio con hemoneumotórax y seguido de su fallecimiento”, relató el fiscal.
Sonia B., que se encuentra en la cárcel por estos hechos desde el 23 de febrero de 2018, limpió la sangre e introdujo el papel de cocina utilizado, el paquete de toallitas de bebé, el cadáver y la placenta en varias bolsas de plástico. Luego, introdujo todo en el interior de una mochila que dejó colgada en una silla del dormitorio que compartía con su pareja y una hermana de este. Limpió la habitación, se bañó y se durmió.
Dos días más tarde, tuvo que ingresar en el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares por un desgarro genital y sangrado vaginal.
Más tarde, la madre y la hermana de su pareja fueron al domicilio para buscar sus efectos personales y llevárselos al hospital.
Fue allí donde descubrieron la mochila y sacaron las bolsas con el cadáver de la bebé, la placenta y el resto del contenido.Todo ello lo colocaron a su vez en otra bolsa de plástico, que llevaron al hospital.
La Fiscalía precisa que en las diligencias de entrada y registro e inspección ocular realizada en el domicilio el 24 de febrero se encontraron manchas de sangre de la acusada en la parte trasera y posabrazos del sofá del salón, en el pomo de la puerta de la cocina y en la mochila donde había estado el cadáver de la pequeña.
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