Una madre estadounidense investigó sobre los beneficios que podía tener consumir la placenta de su propio bebé, y decidió guardarla luego del parto, para poder preparar bombones con ella.
Como si fuera poco, compartió con sus seguidores de Snapchat todo el proceso.
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La mujer se llama Kiley Whitworth, y compartió en Snapchat un “tutorial” de cómo cocinar la placenta de un bebé y convertirla en chocolates.
“Tenía dudas porque sé que es asqueroso pero después de investigar los beneficios para la salud, decidí que era una oportunidad única en la vida“, explicó.
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“Casi todos los animales comen su placenta, por lo que obviamente hay una razón para eso”.
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La joven madre manifestó que lo primero que hizo con la placenta fue cocinarla al vapor. Luego la cortó, la deshidrató junto al cordón umbilical y después le sacó el líquido amniótico.
Finalmente, agregó el polvo de chocolate para preparar los bombones.
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La mujer asegura que los nutrientes que pasan de la madre al feto durante el embarazo todavía se conservan dentro de la placenta y que sería un desperdicio desecharla.
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Hay otras mujeres como Kiley que también se animaron a consumir la placenta de su bebé, y afirman que mejora el estado de ánimo, aumenta la energía, alivia la depresión post parto y estimula el suministro de leche materna.