Hay muchas maneras de proteger nuestras vidas.
Una de ellas fue descubierta por una mujer en Estados Unidos, que se vio en la necesidad de morder los testículos de un camello, según comentó, para evitar que le causara la muerte.
Una pareja, no identificada, se detuvo en una parada de camiones a las afueras de Baton Rouge, Florida (EE.UU.) para poder descansar, estirar las piernas y que su perro pudiera dar un paseo y hacer sus necesidades fisiológicas. En esta parada había un corral en el que se alojaba Casper (un camello).
El perro se adentró dentro de dicho corral, que estaba cercado, y se puso a jugar con el, hasta el momento, apacible Casper. Los dueños de la mascota se asustaron y se introdujeron en los dominios del camello para rescatar a su can. Lo que no se esperaba la mujer es que Casper se pusiera muy nervioso y se sentara sobre ella a modo de defensa. Ante esto, la mujer tuvo que morderle los testículos para conseguir librarse de él.
Después de lo ocurrido, la mujer tuvo que ser hospitalizada, aunque no se reportaron lesiones graves. Los dueños de la finca sostuvieron la inocencia del camello, certificando que se encontraba “bajo encierro” y que había letreros de advertencia para los visitantes, en los que se dejaba claro que había que permanecer a “cuatro metros de distancia”, como mínimo.
La pareja fue denunciada por violación de la ley de propiedad privada y, posiblemente, por dejar suelto a su perro en este tipo de instalaciones, algo que prohíben las leyes locales del estado de Florida.
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