Como sabe cualquiera que no haya cumplido con una resolución de Año Nuevo, tratar de perder peso puede ser una lucha constante para aquellos que no están dotados de un metabolismo rápido.
El camino hacia la pérdida de peso puede ser una pendiente resbaladiza donde un pequeño refrigerio puede volver a encender los viejos hábitos que deshacerán todas sus ganancias de salud.
Las personas ya conocen los peligros de la obesidad, como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Aún así, las personas a veces no pueden ayudarse a sí mismas y se quedan mirando con desesperación y envidia los cuerpos listos para la playa de estrellas de cine y modelos de carteles publicitarios.
Pero gracias a YouTube, nos enteramos de Amber Rachdi, cuya historia da esperanza a cualquiera que esté luchando por perder peso.
En su momento más pesado, Amber pesaba casi 300 kilos. Eso es más de media tonelada. Entonces, aparte de los problemas habituales que enfrentan las personas obesas, ella también luchó con cosas que normalmente damos por sentado. No podía bañarse, conducir un automóvil o incluso caminar. Llegó al punto en que tuvo que regresar a la casa de sus padres a la edad de 23 años solo para que pudieran cuidarla.
Pero Amber decidió que ya era suficiente. Ella no se detuvo con una cirugía de bypass gástrico. Ella tomó medidas adicionales para cambiar su estilo de vida y eso la llevó a perder más de 180 kilos.
Ella contó que su lucha contra la obesidad fue desde pequeña, ya que su falta de control con la comida comenzó a partir de los cinco años. A pesar de que comía lo suficiente, Rachdi nunca se sentía satisfecha teniendo la necesidad de comer y comer sin saciarse. “Podría estar enfermamente llena, pero yo aún quería comerme lo que pusieran enfrente de mí”, reveló Rachdi.
Su proceso de transformación comenzó desde el momento en que decidió poner un alto, ya que no vivía, sobrevivía. Así que pensó que lo mejor para ella, era someterse a estrictos regímenes alimenticios y ejercitarse constantemente junto con la ayuda de un profesional.
Fue así como Amber decidió dejar sus malos hábitos y se inscribió en el programa “My 600 Pounds Life” (“Mi vida de 600 libras”). Para poder bajar de peso, su mejor alternativa era colocarse una banda gástrica.
Con la intención de consultarle al mejor especialista, la joven debería viajar unas cuantas horas en avión. Para su sorpresa, al ser tan grande, la aerolínea le transmitió que debía pagar dos asientos, hecho que la afectó considerablemente.
El doctor Younan Nowzaradan, un experto en el tema quien gustoso, aceptó ayudar a la joven. Evidentemente, la pérdida de peso fue poco a poco.
Después de mucho trabajo y esfuerzo, Rachdi logró perder 182 kilos y su increíble transformación física le ha dado un nuevo sentido de confianza y propósito a su vida.