Esta ex modelo coreana ingresó al quirófano unas 20 veces.
Pero, disconforme con los resultados del bisturí, se aplicó aceite de cocina y silicona ella misma, lo cual trajo como consecuencia una cara desfigurada y llena de grandes cicatrices.
Gran cantidad de mujeres se sienten atraídas a pasar por una sala de quirófano para modificar sus cuerpos, “quitarse años” o para verse “más hermosas”. Lo que causa preocupación es que van en aumento los casos de mujeres que lo hacen en exceso y pueden someterse a más de 15 cirugías plásticas.
Suelen ser mujeres de entre 40 y 60 años de edad. Llegan a consulta sin saber exactamente qué buscan. Es muy común que digan: “Vengo a ver qué me puede arreglar”. Perdieron el respeto y la precaución ante el paso por el quirófano.
La adicción a las cirugías estéticas puede llegar a extremos nunca antes vistos y, sobre todo, muy arriesgados. La historia de la ex modelo coreana Hang Mioku que quedó totalmente desfigurada al inyectarse silicona y aceite de cocina todavía sorprende a los médicos. Su rostro quedó tan deformado y lleno de cicatrices que ni sus propios padres la reconocieron.
Con tan solo 28 años de edad se hizo su primera cirugía estética, en Japón. Después de eso, entró 20 veces más al quirófano, pero seguía inconforme con los resultados obtenidos. Los doctores se negaron rotundamente a seguir realizándole tratamientos y le indicaron que su obsesión podría estar vinculada con ciertos trastornos psicológicos. Sin embargo, ella no se quedó conforme.
Pasado un tiempo, regresó a Corea, pero había cambiado tanto que ni sus propios padres la reconocieron. Tomando en cuenta la adicción de su hija, decidieron llevarla con un especialista. Pero no tardó en caer en sus viejos hábitos. Hizo caso omiso a los médicos y ella misma se aplicó aceite de cocina y silicona en su rostro.
Este caso se conoció hace un tiempo. Incluso, su caso fue presentado por televisión en Corea, donde se invitaba a los espectadores a realizar donaciones para cubrir los gastos de su cirugía reconstructiva. En las primeras diez operaciones, los cirujanos retiraron 60 gramos de aceite, silicona y otras sustancias extrañas de su cara y 200 gramos del cuello.
Luego de varias sesiones más su rostro quedó muy reducido, pero lleno de cicatrices. Hang, ya tiene 48 años de edad y recibe ayuda del Estado. Todavía presenta una cara desfigurada y comentó que desearía tener su “antiguo rostro” de nuevo.
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