Generalmente, cuando vamos al doctor con síntomas de gripe lo hacemos buscando alivio al malestar, nunca pensamos que podríamos recibir un terrible diagnóstico.
Lamentablemente, eso fue lo que le pasó a Sarah Armstrong, de 22 años de edad, asistente de atención médica en el Hospital Aintree en Liverpool, quien acudió a su médico de cabecera con “síntomas similares a la gripe” y extraños hematomas.
La joven, madre de una niña de dos años, falleció el pasado 01 de febrero, justo cuando se cumplía una semana de ser diagnosticada con leucemia mieloide aguda. Su amiga de la infancia Danielle Johnson, también de 22 años de edad, comentó que Sarah estaba “llena de vida” antes de su muerte, incluso luego del diagnóstico, ella pensó que podría haber contraído una gripe mientras trabajaba en el hospital.
“Sarah estaba extrañada de todos esos moretones y me había estado diciendo que no podía explicar de dónde venían, y le dije que necesitaba ir al médico”, comentó Danielle. Sarah fue al doctor y le dijeron que era necesario hacerse un análisis de sangre, y luego de hacérselo, el mismo día la llamaron para decirle que debía ir de inmediato a urgencias.
Sarah fue diagnosticada con leucemia el 24 de enero y empezó las sesiones de quimioterapia cinco días después, sin embargo, falleció trágicamente el 01 de febrero luego de sufrir un derrame cerebral.
Danielle dijo que, a pesar de haber recibido la desgarradora noticia de su enfermedad Sarah era muy positiva y tenía mucha esperanza. El 01 de febrero Danielle recibió un mensaje de Joel, el novio de Sarah, para darle la terrible noticia de que su amiga, con quien había estado compartiendo y riendo la noche anterior, había sufrido un derrame cerebral y no logró sobrevivir.
Sus familiares crearon una campaña en GoFundMe en donde describen a Sarah como una joven de gran corazón que se había dedicado a cuidar a otros. El dinero que se recaude será destinado a pagar los costos del funeral de Sarah, y para su bebé. “No solo fue amada por sus pacientes y sus compañeros de trabajo, sino por todos los que la conocieron”, dijo su amiga.
Sarah se ha convertido en el ángel de la guarda de su pequeña hija de dos años y siempre seguirá velando por ella. Su amiga Danielle reveló que ella quería compartir su historia para crear conciencia y, con suerte, ayudar a otros a detectar los síntomas para atacar la enfermedad a tiempo.
Comparte esta historia que aunque tuvo un trágico final, puede ayudar a salvar otras vidas.