Jacqui Saburido tenía 20 años de edad, cuando viajaba por las carreteras del estado de Texas, EE.
UU. y un conductor alcoholizado chocó de frente el auto en el que ella se encontraba. Los otros dos ocupantes que acompañaban a la joven fallecieron en el acto. Además del fuerte impacto contra la camioneta pickup que la embistió, el auto de la joven venezolana se incendió, lo cual le generó quemaduras de tercer grado en el 65% de su cuerpo.
La mujer se convirtió en un icono en la lucha contra la irresponsabilidad al volante, y había cumplido 40 años de edad antes de fallecer. Saburido necesitó más de 105 cirugías en su rostro y manos, procedimientos que costaron 5 millones de dólares y los cuales la pusieron en grandes aprietos, ya que en el momento de la tragedia ella estaba de visita en dicho país y no contaba con un seguro médico.
El conductor ebrio era un joven de tan solo 18 años de edad, que fue enviado a prisión por 8 años. El hombre salió de la cárcel en el año 2008. Después del accidente, Saburido empezó a trabajar con el Departamento de Transporte de Texas para concientizar a los conductores sobre los peligros de conducir bajo la influencia de cualquier sustancia que altere los sentidos.
“Incluso si ello requiere que yo me siente frente a una cámara, sin orejas, nariz, cejas ni cabello, lo haré las veces que sea necesario si ayuda a que alguien tome la decisión correcta”, dijo la chica en una entrevista en el programa de Oprah Winfrey. Lamentablemente, años más tarde, murió de cáncer, en Guatemala.
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