Un tribunal en el sur de la India condenó a un sacerdote católico y a una monja a cadena perpetua por asesinar a una monja novicia de 19 años.
La pareja arrojó su cuerpo en un pozo hace más de 28 años y apenas ahora es que se descubrió esta tragedia.
Los condenados, el padre Thomas Kottoor de la archidiócesis de Kottayam, de 71 años, y la hermana Sephy, de 57 años, estaban presentes en el tribunal especial de la Oficina Central de Investigaciones (CBI), una agencia federal, cuando se anunció la sentencia en 23 de diciembre en Thiruvananthapuram, la capital del estado de Kerala (India).
El CBI, que investigó el caso, buscó una pena máxima de muerte, calificándolo de “los casos más raros”. Los condenados solicitaron una pena mínima, afirmando su inocencia en el caso.
El 22 de diciembre, el tribunal los declaró culpables de asesinar a la hermana Abhaya, miembro del convento de San Pío en el distrito de Kottayam del estado de Kerala, el 27 de marzo de 1992, y arrojar su cuerpo en el pozo del convento.
Tanto la hermana Sephy como la hermana Abhaya pertenecían a la Congregación de San José, que funciona bajo la Arquidiócesis de Kottayam.
El testigo principal fue un ladrón que declaró ante el tribunal que había visto al padre Kottoor en el convento por la noche a la luz de una antorcha cuando ingresaba a robar.
El tribunal también impuso una multa de 500.000 rupias (7.100 dólares estadounidenses) a cada acusado por asesinato y 100.000 rupias adicionales al padre Kottoor por allanamiento de morada.
Además de la cadena perpetua, la pareja condenada también fue condenada a siete años de cárcel y una multa de 50.000 rupias cada uno por destruir pruebas. Las penas de cárcel se cumplirán simultáneamente.
Una investigación policial inicial desestimó el caso como un suicidio, lo que hizo que algunas personas de la iglesia dudaran de que el padre Kottoor y la hermana Sephy cometieran el crimen.
“Todavía dudo que hayan cometido el delito”, dijo la arzobispo Maria Callist Soosa Pakiam, de la Arquidiócesis de rito latino de Thiruvanthapuram, cuando los medios de comunicación buscaron su respuesta.
Sin embargo, agregó: “No puedo simplemente declarar falsa la orden judicial que ha llegado después de 28 años”.
El prelado también sostuvo que el sacerdote y la monja convictos son miembros de la Iglesia Católica y su castigo duele a toda la Iglesia.
Observó que los condenados han dicho constantemente que son inocentes, aludiendo que tienen la opción de impugnar el veredicto en un tribunal superior de justicia.