El confinamiento nos está haciendo recordar viejos hobbies, descubrir nuevos y darnos una oportunidad para relajarnos y tomarnos la vida con tranquilidad.
En México, como en otros países, aplicaciones como Tinder o Bumble suelen utilizarse por usuarios que buscan encuentros sexuales, pero las medidas distanciamiento derivadas de la pandemia provocaron el cierre de espacios públicos como bares, centros comerciales, gimnasios y otros. Según Bernal, el “miedo” a salir pudo provocar que algunos usuarios optaran por experimentar con juguetes sexuales.
En varios países el aislamiento disparó la venta de este tipo de juguetes.
En Argentina, la práctica de sexting -un intercambio de material sexual a través de textos, fotografías o videos en distintas plataformas- cobró fuerza como una forma de mantener la actividad sexual virtualmente.
En Brasil, el Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos lanzó una cartilla a principios de mes destinada a población LGBT en la que la ministra Damares Alves recomendó a “trabajadores sexuales” que intenten la opción de un “servicio virtual”.
En Guatemala, Paola Matheu, propietaria de la tienda Penelope Love Boutique, que se especializa en juegos eróticos en línea, dijo que sus ventas en línea aumentaron un 75% a partir de las restricciones impuestas por el gobierno durante la pandemia, incluido el toque de queda.
Ella explica que entre los juguetes que más se solicitan están los estimuladores y que son más las mujeres las que han solicitado compras en línea.
“Al final, muchos por curiosidad entraron a nuestro sitio y comenzaron a ver que somos mucho más que dildos. Tenemos mucha innovación, muchos productos y la gente comienza a hacerse su canasta básica y decide ´me quedo encerrado conmigo, pero quiero orgasmos”, aseguró.
Aunque no se puede tener certeza de quiénes son los usuarios finales de los productos, Bernal piensa que no sólo usuarios solitarios, sino también parejas, hacen compras en Erotika.
Entre los productos que más demanda tienen entre mujeres destacan los masturbadores (que cuestan 600 pesos, unos 25 dólares) y productos de estimulación (que cuestan 3 mil 200 pesos, unos 130 dólares). Para las parejas lo más vendido son aceites (que cuestan 2 mil pesos, unos 83 dólares) y un kit de bondage (sexo con ataduras, por el mismo precio).
Antes de la cuarentena el70% de sus ventas era en las tiendas físicas.
Con respecto a sus compradores, Bernal opina que las mujeres compran más porque la oferta es menor para los hombres.
Aunque sus ventas en línea se han triplicado, la compañía, como muchas otras que al no ser esenciales tuvieron que cerrar, está sufriendo una crisis económica. Tener cerradas 56 tiendas físicas ha representado un duro golpe para Erotika, que sigue pagando la renta de muchos de sus locales, además de las nóminas de sus empleados.
De acuerdo con Bernal, el 70% de sus ventas era en las tiendas físicas, pero confía en salir adelante cuando las cosas vuelvan a la cotidianidad.
Por lo pronto, lo que compañías como Erotika han detectado en medio de la pandemia es que muchas personas, por vergüenza o por tabú, no entraban a sus tiendas físicas, pero en línea y con entrega a casa a través de compañías como Rappi, Cornershop, Amazon y Linio los juicios morales no entran en la ecuación.