Hubo una época en la que México estuvo bajo dominio militar.
Fue durante 1876 y 1911, en un período llamado “porfiriato”, por estar bajo el mando de Porfirio Díaz con un régimen y estilo de vida autoritario, tradicionalista y conservador. Lo que también significaba el dejar a las mujeres para el trabajo del hogar y con un papel sumiso ante sus esposos.
Dándoles la sensación de valer menos que el hombre de la casa.
Hoy en día ya ha cambiado la situación, y aunque las mujeres saben que todavía las cosas no son perfectas, al menos pueden salir a las calles a luchar por sus derechos sin miedo o represión. Además pueden votar, tienen mayores libertados en sus relaciones amorosas y sexuales y no dependen de tener un esposo para poder contar con un ingreso de dinero que les permita vivir dignamente.
Pero en aquella época muchas mujeres estaban obligadas a casarse y ser madres aunque ellas no quisieran, ya que debían seguir la tradición y lo que imponía la sociedad de ese entonces.
Incluso había códigos que dictaban: “La Mujer, cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura debe dar y dará al marido obediencia, agrado, asistencia, consuelo y consejo”.
Todo esto está muy alejado de los movimientos feministas que surgen en todo el mundo, en donde se rescata el empoderamiento y la liberación femenina, además de no verse sujetas a los estereotipos de belleza. Incluso se puede hablar y discutir sobre el aborto, lo que antes era impensado.
Antes, las mujeres mexicanas en la época porfiriana, sufrían constantes humillaciones por el patriarcado que regia.
Si las mujeres no cumplían con estos códigos de conducta, tanto ellas como sus familias perdían “su honor”.
Por lo que las mujeres de esta época tuvieron que aguantar muchas prácticas injustas que hoy serían imposibles de imaginar como normales, como por ejemplo, el “pedido de perdón de la esposa” en donde las mujeres se arrodillaban ante los hombres, durante Navidad, para pedirles perdón los errores cometidos durante el año.
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