La pareja inglesa Connie Yates y Chris Gard, perdieron a su pequeño de ocho meses después de ser diagosticado con síndrome de agotamiento mitocondrial.
Charlie había estado sano cuando nació, pero a los dos meses se enfermó con el síndrome mitocondrial y tuvieron que internarlo de emergencia. Los médicos lo dieron por muerto ya que la condición no tiene cura.
Esta extraña enfermedad, afecta a los elementos genéticos que dan energía a las células y causa una debilidad muscular progresiva, sin mencionar el gravísimo daño cerebral.
Si embargo, algunos médicos respetados de todo el mundo, incluido un profesor estadounidense, estaban dispuestos a ofrecer un tratamiento pionero.
Connie y Chris intentaron hacer de todo para poder ver a su hijo progresar y darle cara a la enfermedad. Pero el hospital de niños de fama mundial Great Ormond Street de Londres insistió en que sería más amable dejar morir a Charlie.
Sus progenitores no fueron consultados sobre tan importante decisión y presentarón una demanda para evitarlo, ya que lo único que ellos querían era «darle una oportunidad de vida a su bebé».
Después de una dura batalla legal, donde se vieron involucradas las mentes más importantes del Tribunal Superior, el Tribunal de Apelaciones, el Tribunal Supremo y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sin mencionar las asombrosas intervenciones del Papa y el Presidente Donald Trump, el cuerpo de Charlie, ya se había deteriorado demasiado.
Desgraciadamente fue demasiado tarde cuando los doctores desconectaron al bebé de la máquina que lo mantenía con vida. La justicia de Inglaterra les dio el permiso a los profesionales de la salud porque afirmaron que Charlie «tiene un daño cerebral irreversible» y que era sólo cuestión de tiempo.
Connie dijo: ‘Cuando pierdes un hijo, es muy importante saber que hiciste todo lo que pudiste. Si nunca has perdido un hijo, no entiendes completamente cómo es el dolor desgarrador.
El juez que vio el caso, Nicholas Francis, ha dicho que le dio permiso a los doctores de desconectar al bebé con «mucha tristeza», pero con «la absoluta convicción de que sería lo mejor para el niño».
“Sé que este es el día más triste para los padres de Charlie, pero espero que con el tiempo lleguen a aceptar que esto es lo mejor para Charlie, dejar que descanse en paz” dijo el juez a la BBC.
Connie y Chris, ambos de Befont estaban planeando llevar a Charlie a Estados Unidos para que recibiera un tratamiento especial y así poder combatir de cierta manera el síndrome de agotamiento mitocondrial
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