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    Categories: Experiencias

Madre embarazada se desconcierta cuando su perro no deja de ladrar, no se da cuenta de que está tratando de salvarla y a su bebé.


El instinto es algo característico en muchas espacies animales, no se puede ignorar esto, los perros son sumamente intuitivos, pues pueden percibir que algo se encuentra mal, además son seres muy leales.

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Desde tiempos remotos los hombres confiaban en el comportamiento animal que les advertía de desastres naturales inminentes. Esto se debe a que, a diferencia del ser humano que a menudo se enfrenta a la complicación del pensamiento racional, los animales dependen principalmente de sus instintos primarios. Y estos instintos conducen a un solo objetivo, la supervivencia.

Los perros, por muy domesticados que estén, todavía tienen estos instintos fuertemente integrados en su sistema. Y dado que se sabe que son los mejores amigos del hombre, no los usan únicamente para protegerse, sino también para proteger a su amado humano.

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Un perro Akita de Estados Unidos llamado Keola vive con sus dueños Ricky y Alhanna Butler en Doncaster, Yorkshire. Los Akitas son conocidos por ser uno de los caninos más leales. El famoso Hachiko, el perro que esperó toda la vida en una estación de tren por su dueño que era un maestro  y que no llegó a casa, era un Akita japonés. La pareja Rick y Alhanna no pudieron agradecer lo suficiente a su cachorro por lo que hizo por ellos.

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Alhanna quedó embarazada, y todos estaban entusiasmados con la nueva incorporación a su familia, incluida Keola. Sin embargo, Keola parecía haber sentido algo diferente con su dueña Alhanna y comenzó a comportarse de manera extraña con ella.

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Cuando el bebé crecía dentro de Alhanna, la futura madre se quejó de un dolor en la parte baja de la espalda que a veces la inquietaba pues parecía por momentos muy severo. Ella fue a ver a su médico, pero fue descartada alguna afección grave justificando una tensión de los músculos de la espalda debido al peso frontal que producía el embarazo.

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Alhanna regresó a casa aliviada con el diagnóstico. Pero Keola estaba intranquila, ella notó que su comportamiento era inusual y se volvía cada vez más alarmante, pero no sabía la razón.

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“Cuando los doctores me enviaron a casa y me dijeron que no había nada realmente malo, la perra simplemente se quedó sentada mirándome con tanta atención que realmente me asustó”. Esto fue lo que dijo Alhanna a Mercury Press.

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“Publiqué una foto de ella haciendo esto en Facebook y hago la broma sobre la película Hachi, donde el perro también hace esto, y de repente todos mis amigos comenzaron a decir que debería tomarlo en serio”. Añadió.

 

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El dolor en su espalda continuaba y también la ansiedad de Keola. Aunque no podía entender exactamente lo que estaba tratando de decirle, Alhanna simplemente ya no podía ignorarla. Así es que acudió al médico para obtener una segunda opinión sobre sus dolores de espalda.

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“Nadie realmente entendió lo mal que estaba, pero Keola lo hizo. Ella se me acercó pegándome con su costado y lloraba extrañada,  nunca podría entender por qué ella había empezado a hacer esto así de repente. Ricky dijo que estaba angustiada cada vez que iba a trabajar cuando nunca antes le había importado y permanecía tranquila “, dijo Alhanna.

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Luego de su segundo diagnóstico, fue llevada de inmediato a la unidad de cuidados intensivos. Sorprendentemente, según sus médicos, su estado era terminal. Alhanna sufría de una rara infección en el riñón que aparentemente le causó esos dolores de espalda.

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Alhanna publicó en Facebook que “Debido a que no se trató durante tanto tiempo, fue uno de los peores casos que jamás hayan visto”

 

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Si el tipo de infección no fue lo suficientemente raro, peor aún, su cuerpo mostraba una resistencia fuera de lo común a los antibióticos.

“Además de eso, tenía un virus resistente a los antibióticos que sólo había afectado a otra persona en el Reino Unido. Me estaba matando y los médicos me dijeron que si me hubiera quedado más tiempo, habría muerto y lo más probable mi hijo también”.

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Afortunadamente el tratamiento fue exitoso Alhanna se recuperó y dio a luz a un bebé sano llamado Lincoln. Keola y Lincoln ahora son los mejores amigos.

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Si no fuera por los agudos instintos de Keola, las persistentes advertencias y el increíble amor y lealtad hacia sus humanos, Alhanna y la vida de su bebé  podrían haber estado en peligro.

 

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¿Qué historias de mascotas como esta conoces? Si todavía no has tenido una mascota ¿Has planeado alguna vez adoptar?

 

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