La madre de pequeñas trillizas nacidos 14 semanas antes de tiempo, murió repentinamente en su casa después de pasar su primera Navidad con sus hijas.
Rachel Park, de 39 años, se alegró mucho cuando pudo traer a sus “milagros” a casa por primera vez después de 10 meses en el hospital para celebrar la Navidad.
Pero, lamentablemente, Rachel murió en su casa en Whitehaven, Cumbria (Inglaterra) y la policía describió su muerte como “inexplicable pero no sospechosa”.
Rachel le había contado a medios locales que ella y su esposo Steven, de 37 años, estaban felices de tener a sus hijas Poppie, Mollie y Evelyn en casa después de que finalmente se les permitiera salir del hospital.
A Rachel y Steven se les había “dicho que se prepararan para lo peor” después del nacimiento prematuro del trío, pero las niñas tuvieron grandes mejoras.
Rachel, dijo:
“Nos dijeron que nos preparáramos para lo peor. Han tenido un viaje bastante difícil, pero ahora están creciendo y les está yendo bien”.
Steven agregó: “Nuestras chicas han estado en un gran viaje hasta ahora y por eso nos aseguraremos de que su primera Navidad sea muy especial”.
Los bebés de Steven y Rachel habían sido muy anhelados, concebidos en la cuarta ronda de FIV de la pareja.
En una entrevista, Rachel había explicado: “A las seis semanas descubrí que estaba embarazada por fin”.
“Al principio solo encontraron dos latidos del corazón, así que estábamos en la luna pensando que esperabamos gemelos”.
Dos semanas después llegaron las noticias impactantes de que los “gemelos” eran trillizos no idénticos.
Su orgullosa madre agregó: “La Navidad pasada comenzamos a comprarles cosas: un cochecito para tres, tres canastas de Moisés”.
Rachel, que padecía de diabetes tipo 1 comenzó a mostrar signos de hipertensión arterial causada por una preeclampsia potencialmente mortal. Sus riñones e hígado estaban fallando. Y los bebés se adelantaron 14 semanas.
A las 24 semanas, la futura madre fue enviada al Royal Victoria Infirmary en Newcastle para recibir atención especializada, donde tuvo una cesárea de emergencia.
Al recordar los nacimientos, Steven dijo: “Había tanta gente en esa habitación, alrededor de 26”.
“Levantaron a los bebés uno por uno y se asignó un equipo a cada uno. Me dejaron tocar a Poppie. La besé en la cabeza. Pero fue tan frenético”
Poppie, Hollie y Evelyn pesaron 860 gr, 770 gr y 725 gr respectivamente.
Los tres bebés alcanzaron a pesar alrededor de 6 kilos y medio cada uno, antes de salir del hospital, pero siguen necesitando oxígeno y alimentación por sonda.
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