Una madre convenció a los médicos de que su hija sana estaba discapacitada y necesitaba una silla de ruedas.
Y no solo la silla, sino también alimentación artificial y medicamentos para prevenir ataques epilépticos, se reveló ayer.
La niña, ahora de 12 años, pasó casi ocho años sometiéndose innecesariamente a un tratamiento médico “excesivo” y yendo a la escuela en silla de ruedas.
Según medios británicos, un juez de la Corte Suprema determinó que su tratamiento para dolencias ficticias se prolongó tanto porque la madre repetidamente les contó a los médicos historias falsas sobre ataques e incapacidad para comer y beber.
La Sra. Juez Judd dictaminó que la niña sufrió un “daño significativo” como resultado de la “exageración de sus comportamientos y síntomas” de su madre.
La jueza examinó las pruebas en una audiencia privada en la División de Familia del Tribunal Superior de Londres en octubre y publicó sus conclusiones en línea. Los jefes del consejo habían argumentado que la mujer les había dado a los médicos “una explicación exagerada o incorrecta” de la salud y el comportamiento de la niña.
Dijeron que la mujer había ‘perpetuado la noción’ de que la niña tenía ‘epilepsia y autismo incontrolados’ además de otras enfermedades.
La mujer negó las acusaciones, pero la jueza Judd falló en su contra. La familia no puede ser nombrada por razones legales y el juez no ha identificado al consejo involucrado.
La Sra. Juez Judd dijo: ‘Con tantos médicos y otros profesionales involucrados en su vida, la repetición de información inexacta por parte de la madre de uno a otro tuvo un efecto de bola de nieve. No puedo decir en este punto qué fue lo que llevó a la madre a retratar a su hijo con tantos problemas ”.
Le dijeron al tribunal que la niña, sufrió ataques desde los 18 meses. La señora Juez Judd dijo que desde 2012 en adelante la madre comenzó a exagerar e inventar síntomas.
Ella agregó: ‘Durante el transcurso de 2013, la madre informó problemas de gran alcance con su hija, que incluyeron convulsiones repetidas, hemorragias nasales, problemas intestinales y de vejiga, somnolencia excesiva y algo de tambaleo, lo que significa que no podía caminar largas distancias. A la niña se le proporcionó una silla de ruedas a finales de año.
Se aumentó la medicación y en 2017 la niña recibió una dieta especial y se le colocó una sonda para alimentación artificial.
Sin embargo, el juez dijo que después de que la niña se angustiara durante una cita para reemplazar el tubo a principios de 2018, “ comenzaron a surgir preocupaciones sobre la madre y si estaba medicando en exceso a su hija ”.
Se descubrió que la niña estaba sana después de que los trabajadores sociales la separaran de su madre en octubre de 2019. El juez dijo: “Se hizo evidente rápidamente que es una niña muy normal … Es físicamente bastante normal y enérgica”. Y agregó: ‘El contraste con la niña que la madre describió a todos los profesionales a partir de 2012 es enorme’.
La niña fue trasladada a vivir con familiares hace meses.
La Sra. Juez Judd dijo que la madre, que pasó por un divorcio difícil mientras su hija estaba siendo tratada incorrectamente, podría tener en el futuro una segunda oportunidad para criarla si acepta que está sana.