Una joven salió viva de dos terribles accidentes automovilísticos cuando era una niña.
A pesar de estas horribles experiencias ha desafiado su miedo y las secuelas que dejaron en su cuerpo y ha aprendido a manejar.
Millones de australianos se conmovieron con la historia de Sophie Delezio robándose sus corazones pues a los dos años luchó por su vida después de un terrible evento al quedar atrapada entre las llamas de un coche y una pared. Un conductor que sufrió una convulsión se estrelló en la guardería a la que ella asistía y fue una de las víctimas en el 2003.
Por este accidente, Sophie sufrió quemaduras de tercer grado en el 85% de su cuerpo, además de perder los dos pies, los dedos de su mano derecha y una oreja, su recuperación tardó mucho tiempo y además estuvo en coma durante tres meses.
Luego de recuperarse, la fatalidad volvió a su vida, pues sufrió otro terrible accidente en el año 2006. En este otro acontecimiento, cuando todavía era muy pequeña y siendo cuidada por su niñera, su silla de ruedas fue golpeada por un automóvil al cruzar la calle, en este accidente salió volando 18 metros.
En este horrible hecho, tuvo un ataque al corazón, varias lesiones muy graves y una hemorragia cerebral, además de daños en la mandíbula y un hombro. Uno de los daños considerables a largo plazo fue perder el olfato a consecuencia de todas las lesiones.
Su caso es realmente conmovedor y sorprendente pues Sophie logró sobrevivir a dos terribles accidentes, pero a pesar de ello, hoy a sus 17 años muestra una actitud positiva y siempre enfrenta los retos con valentía.
Una de las cosas más sorprendentes es que la joven a pesar de haber sido víctima de automovilistas decidió aprender a manejar, incluso cumplió 120 horas reglamentarias de clases para obtener su licencia en un lapso de ocho meses.
Sus padres Ron y Carolyn acostumbran viajar con ella los fines de semana por la ciudad de Sídney para supervisarla, pues le encanta salir a carretera.
“Me siento en el cielo siempre y cuando me encuentre en el asiento del conductor. Amo manejar y disfruto la forma en la que me hace sentir… ¡Libre!”
Sophie después de estas trágicas experiencias se ha sometido a múltiples cirugías para reconstruir los daños causados por los accidentes, entre ellos se ha aplicado estiramiento de cuero cabelludo para así poder implantarle folículos capilares, además de asesorarse con un estilista que le ha colocado extensiones de cabello. Ahora Sophie tiene una vida muy normal, llena de amigos y actividades.
Actualmente usa prótesis para sus extremidades lo que le permiten realizar muchas actividades, hasta ahora no hay nada que la detenga y lo más sorprendente es que jamás se siente deprimida por su pasado, ha aprendido que hay que enfrentar la vida sin miedo y así jamás habrá obstáculos.
Sophie vive como cualquier adolescente en su contexto, sale con amigos, estudia, va de compras y le fascina tener aventuras, recientemente fue a Nueva Zelanda y se lanzó en un paracaídas. Definitivamente no hay límites para ella.
Sophie estudia el último año de preparatoria y su próximo proyecto es estudiar en el Reino Unido una vez que se gradúe.
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Esta joven decidió enfrentar su realidad a pesar de las adversidades, además de vivir su vida si miedos ni tristezas. Un gran ejemplo para aquellos que piensan que la vida no vale la pena.
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