Los perros tienen personalidades y tal vez eso es lo que nos hace amarlos tanto y hacerlos nuestros mejores amigos. No hay un solo dueño de perro que no haya experimentado una de las fases locas y extravagantes de su mascota o su comportamiento aleatorio. Afortunadamente, por el bien de la humanidad, muchos de estos propietarios lograron capturar estos momentos en la cámara.
En Smalljoys nos gusta resaltar todos estos comportamientos graciosos de los perritos y sería inusualmente egoísta si no compartiéramos estas 21 fotos contigo.
21. Este buen perro se sentará en cualquier lugar si su dueño se lo pide
Sin duda el mejor lugar para sentarse.
20. ¡Di queso!
Sonrisa de comercial de pasta dental.
19. ¡Los perros pueden sentarse en las paredes!
Desafiando las leyes de la física y no nos importa.
18. Pequeño cachorro soñando con abrazarte…
¿Lograrías dormir con los brazos hacía arriba?
17. ¿Es un pavo o un perro?
Parece estar listo para entrar al horno.
16. La versión canina de “El pensador”
Ellos también saben como aparentar ser intelectuales.
15. Cuando tu compañero está durmiendo, pero quieres su atención
Cuando no aceptas que te ignoren por nada del mundo.
14. Cómo nos vemos todos esperando a que termine la canción de Feliz Cumpleaños para poder comer el pastel
Cuando quieres más una torta que el amor sincero de tu dueña.
13. Una bailarina graciosa
Cuando tienes más encanto que una producción de teatro.
12. Este perro es demasiado bueno para romper las reglas
Cuando cumples las leyes de forma literal.
11. “¡Oigan chicos, no pueden casarse sin mí!”
10. ¡La dama y el vagabundo en la vida real!
Cuando la realidad supera la ficción.
9. Otro perro que desafía la gravedad
Todos parecen estar entrenando para ir al espacio.
8. “No te preocupes humano, ya me bañé”
El mejor tratamiento para la piel es un baño de barro.
7. Máxima comodidad mientras te alimentas
6. Han dominado el arte de cambiar de forma
Para atrapar la ardilla, debes convertirte en la ardilla
5. “¿Qué quieres decir con que no hay más comida?”
Cuando tienes hambre y ves tu plato vacío.
4. ¡Alguien ha estado tomando clases de yoga!
Cuando tu mascota es más flexible que tú
3. Porque una foto al atardecer normal es demasiado aburrida
2. “¡Te encontré!”
1. “¡Buenos días, vamos a estirarnos!”
Los pocos minutos dedicados a este artículo valieron la pena, ¿verdad? Para nosotros, el tiempo nunca será suficiente para mirar fotos de cachorros adorables haciendo cosas divertidas y tenemos la sensación de que a ti tampoco se te hace suficiente. ¿Tienes fotos de tus perros actuando de forma divertida? ¡Sabemos que sí! Así que, por favor, no te las guardes, ¡compartir es bueno!
Bonus: Su marido la hizo elegir entre sus perros y él, y ella se quedó con sus perros
Liz contrajo matrimonio con quien parecía ser el amor de su vida
Liz Haslam se casó con Mike, a quien conoció cuando ella apenas tenía 16 años, y ambos se enamoraron. Ella terminó la escuela y se fue de casa de sus padres para compartir la vida con él en una casa de campo de dos habitaciones en Barnham, Suffolk, con más de 2 kilómetros cuadrados de terreno libre. Liz y Mike cumplieron 25 años de casados y además tuvieron un hijo de nombre Ollie, pero nada de esto fue suficiente para que su amor perdurara y librara cualquier obstáculo que se les presentara.
“Los perros o yo”
Un día, harto de una situación inusual que rebasó los límites de su paciencia, Mike enfrentó a Liz sin pensar en las consecuencias. “Mi esposo dijo: ’soy yo o los perros’. Desde entonces no he visto ni oído nada de él”, declaró. ¿La razón principal? Cuando se mudaron a la casa de campo, Liz contaba con el espacio suficiente para iniciar con un negocio que le llenaría el corazón más que los bolsillos: BedForBullies, un refugio y fundación para perritos bulldog terrier. Pero su esposo sintió que su relación giraba en torno a los perros, los cuales tienen problemas médicos y de comportamiento, por lo que no todos pueden ser reubicados.
Desde muy pequeña, Liz ya sentía un gran amor por los perros
Aunque lo hizo, el amor que Liz sentía y siente por los perros no debía abrumar a Mike de la manera en que sucedió, ya que ella había crecido en el contacto cotidiano con los perros durante la mayor parte de su vida. Su madre criaba West Highland Terriers y su padre era dueño de un negocio de alimentos para animales. “Pensé que, después de 25 años, él debía saber que renunciar a los perros no era en lo absoluto parte de mis intenciones. Él supo desde el momento en que nos casamos de qué se trataba. No sé qué esperaba”, confiesa Liz.
Sus objetivos como pareja ya no iban en la misma dirección
Sin embargo, nadie puede juzgar a Mike ni a las personas que no aman a los perros como muchos de nosotros sí lo hacemos; y tampoco se les puede obligar a que así sea. Liz lo tenía muy claro y, a partir de esa premisa, ambos tomaron la sana decisión de separarse ahora que las prioridades de ambos habían cambiado. “Nos separamos cada vez más. Él estaba muy metido en su trabajo y no me dejó opción. No quería ser una mujer de un hombre adicto al trabajo, así que yo me refugié en quien sí me daba cariño: mis perros”, declaró Liz.
Liz, un ángel para los perros
Las necesidades y exigencias que los perros tenían dejaron a Mike en el segundo o tercer lugar en el orden de prioridades de Liz. “Mi pasión por los perros era demasiado grande para Mike”. ¿Y cómo no? Cuidar de 30 perros que necesitan cuidados médicos y mimos no debe dejar algo de tiempo ni para sí mismo. Liz pasa alrededor de 18 horas de su día cuidando a los perros mientras camina con ellos cuatro veces al día y gasta cientos de dólares cada mes en sus medicamentos y otros tratamientos.
200 perros y contando
A pesar de ello, BedforBullies se mantiene siendo una organización benéfica “que se basa principalmente en donaciones” y, por otra parte, Liz da acceso a perritos rescatados que otros albergues no aceptarían. Ella ha admitido alrededor de 200 perros rescatados a lo largo de los años y continúa albergando a más perros, además, da alojamiento vacacional a mascotas por las que le pagan un salario para cubrir su alquiler y sus facturas.
Siempre con sus perros, por sobre todas las cosas
Aunque la situación la endeudó con una factura de veterinaria de casi 4500 dólares y también la atrasó en el pago de la casa donde vivía, por lo que tuvo que abandonarla y vivir un tiempo en casas de campaña, Liz ha conseguido reubicarse y no podría encontrarse más feliz: “He elegido hacer esto y me encanta”, revela.
Nosotros no podemos dudar de que sus intenciones son las mejores y es por ello que merece nuestro reconocimiento. Y tú, ¿qué hubieras hecho o harías en su lugar?