Desafortunadamente , un doctor llamado Jaco Nel contrajo una bacteria que le desencadenó septicemia, la cual fue transmitida por la saliva de su perro.
Esta bacteria produce una sobrerreacción del sistema inmunológico.
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Los riñones de Jaco comenzaron a fallar y sus piernas a ponerse negras a medida que avanzaba la gangrena. Tuvieron que amputarle parte de las dos piernas por debajo de la rodilla, también perdió todos los dedos de su mano derecha y uno de la izquierda, y necesitó una reconstrucción facial.
Todo comenzó por un simple arañazo de su perro, que luego dejó que éste se lo lama.
La bacteria que entró en su organismo generó que tenga que pasar meses en el hospital.
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Al sentir diferentes síntomas extraños, la mujer de Jaco llamó a emergencias, y lo trasladaron al hospital.
“Cuando llegué a emergencias al hospital colapsé”, explicó.
Al despertar del coma, el hombre pudo notar que estaba muy enfermo: “Tenía prácticamente el cuerpo entero negro: la cara, las manos, las piernas, debido a los daños en los tejidos causados por la coagulación anormal de la sangre, que es algo que pasa por el choque séptico“
“Me fallaron los riñones y también me hicieron diálisis durante dos meses”, añadió.
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“Perdí la punta de la nariz y mis labios tienen cicatrices, me cuesta hablar y también tengo dificultades para comer, aunque ahora las sobrellevo mejor, pero después de cuatro meses en el hospital me amputaron las piernas”.
Finalmente, como si fuera poco, tuvo que sacrificar a su perro Harvey, para prevenir que pudiera infectar a otra persona.