Muchas mujeres en el mundo acostumbran usar maquillaje como parte de su vida diaria, para algunas, es indispensable maquillarse para tener un aspecto mejor, incluso piensan que si no llevan por lo menos un poco de rímel se sienten definitivamente incómodas.
Este era el caso de una joven de Irlanda, pero su historia resultó ser muy impactante para los que la conocieron, llegó a un nivel extremo, a una obsesión incontrolable.
Todos los días, Amy Robb se levantaba a las 4 de la mañana para invertir horas en maquillarse antes de salir o antes de que su novio la viera sin maquillar. La joven de 24 años, licenciada en psicología fue entrevistada en la televisión en donde le preguntaron sobre lo que sentía al maquillarse y lo que significaba para ella y solamente respondió:
“Podía pasar horas haciéndolo. Era una adicción. No podía parar. No podía dejar que alguien me viera al natural. Me acostaba con en él si mi novio se quedaba a dormir, esperaba que estuviera profundo para quitármelo y volvía a maquillarme antes de que despertara”.
Instagram/survivingnowthriving
Amy relató con más detalle esa obsesión por el maquillaje, estaba realmente en una adicción al maquillaje:
“Por lo general no podía dormir, ya que tenía miedo de que se me corriera el maquillaje. Si dormía sin él, solo podía pensar en cuanto tiempo faltaba para maquillarme de nuevo. Siempre lucía como una muñeca Barbie, es decir, extremadamente flaca, con el pelo rubio, muy bronceada y con maquillaje impecable. La verdad es que me sentía asquerosa sin él”.
Pero este no era el único problema al que se enfrentaba como respuesta a sus inseguridades, porque además, comenzó a manifestar anorexia. Por este trastorno, Amy tuvo que ser hospitalizada cuando tenía 17 años, estaba tan baja de peso que su salud y su vida estaban en riesgo. También presentó algunos capítulos de depresión e intentos de suicidio, su autoestima estaba por los suelos.
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Todos estos capítulos le llevaron a cambiar por completo su vida y ahora la joven es mucho más segura de sí misma, a pesar de encontrarse soltera. Sus experiencias le ayudaron a analizar su vida y replantearla. Sus hallazgos los ha publicado en su blog en donde intenta dar soporte y ayuda a chicas que como ella, llegan a estos niveles de obsesión hasta convertirse en trastornos.
Amy habló sobre lo que significa la labor que hace por medio de su blog:
“Me desafío cada día y he aprendido a amarme tal y como soy. Estoy tan agradecida de estar viva. He perdido mucho tiempo, así que ahora voy a aprovechar la vida al máximo tratando de ayudar a otras. Sé que mi experiencia puede servir para dejar un hermoso mensaje. No puede recaer nunca más. Soy un ejemplo de que es posible mejorar”.
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La madre de Amy, Sally Robb, de 54 años y asistente administrativa, cree que lo que superó su hija la hace admirarla y apoyarla siempre:
“Amy está muy bien, gracias a Dios. Estamos muy contentos con cómo han ido las cosas para ella ahora. Ella ha cambiado completamente su vida y es muy feliz. No es ni sombra de lo que era en el pasado”.
La joven ha encontrado la manera de demostrar como las cosas en su vida han mejorado en las imágenes que presenta en su blog, en donde se puede ver el antes y el después, mostrando que se siente orgullosa de haber superado sus inseguridades, ahora ya no se siente esclavizada al maquillaje.
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Definitivamente todos tenemos un nivel de autoestima distinto y seguro que el maquillaje no es algo malo, pero siempre los excesos nos pueden llevar a vivir trastornos como le sucedió a Amy, afortunadamente su vida cambió para bien y su historia ha ayudado a muchas chicas.
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