Todo mundo habla en momentos de crisis sobre las probabilidades de un colapso, eso sucede a menudo con los terremotos, pues la mayoría de ellos no vienen solos y presentan replicas.
Lo cierto es que no se puede predecir un sismo con demasiada anticipación, pues depende de muchos factores para que se genere y manifieste un temblor.
Hace unos pocos días se registró un sismo en la Ciudad de México, el 19 de septiembre, provocando desastres, una gran cantidad de muertos y damnificados, precisamente fue una de sus réplicas la que terminó por colapsar dicha ciudad. Muchas pueden ser las causas, sobre todo, se encuentra la respuesta en el movimiento constante de la tierra y sus placas.
Existen zonas más propensas a deslizamientos de las placas y otras donde casi es nulo, pero indudablemente la tierra en su totalidad está en completo movimiento.
Uno de los sucesos geológicos más importantes del mundo es la famosa falla de San Andrés, que se encuentra en el norte de América, se extiende en varios estados de la Unión Americana, el norte de México y se extiende por cerca de 1300 km.
A diferencia de los temblores registrados en México, la falla de San Andrés conforma el límite de la placa de Norteamérica y la del Pacífico.
Es precisamente por su naturaleza que tiene a muchos en espera de un gran temblor que afectará a muchas regiones, debido a la cantidad de energía que ha acumulado y que al ser liberada producirá movimientos tectónicos de gran magnitud.
Una de las ciudades más afectadas si se produce un terremoto sería la ciudad de Los Ángeles.
Se pronostica según los estudios que se generaría un sismo de 8.
2 grados y sería en muchos aspectos muy perjudicial para los residentes de esa ciudad donde se concentra un gran número de construcciones que podrían ser afectadas. Este acontecimiento rompería la falla desencadenando una reacción en el sur de California recibiendo un sismo posiblemente de hasta 10 grados.