Se trata de San Jorge, una escultura que se encuentra en la localidad de San Miguel de Estella en Navarra, y representa al santo sobre un caballo para vencer a un dragón.
El párroco de la iglesia de San Miguel de Estella (Navarra, España) encargó a un taller de manualidades limpiar y restaurar a esta escultura de madera.
La pieza es del siglo XVI y es considerada como parte del patrimonio histórico y cultural del país europeo, pero cuando la entregaron “restaurada”, ya no se parecía en nada a la original.
Como verás, hay drásticos cambios en el color y los rasgos faciales del hombre. Lo que antes fue un guerrero con la cabeza cubierta con un yelmo, ahora parece un muñeco de torta.
“No podemos tolerar más ataques a nuestra herencia cultural”, dijo en un comunicado la Asociación de Restauradores y Conservadores de España (ACRE). “Esto demuestra la falta de preparación que se requiere para este tipo de trabajo”, agregó.
La Asociación llevará ante la Fiscalía la terrorífica restauración del San Jorge de Estella que ha quedado irreconocible.
“El proyecto de restauración debería haber sido presentado a las autoridades, y haber esperado su aceptación”, declaró a la agencia Europa Press Ana Herrera, la consejera de Cultura del gobierno foral de Navarra.
“Han usado yeso, y también el tipo de pintura incorrecto. Es posible que las capas originales de pintura se hayan perdido. Este es un trabajo para expertos y debieron haberlo hecho los expertos”, criticó también Koldo Leoz, alcalde de Estella.
Muchos comparan este caso con el que ocurrió en 2012, cuando a una anciana le encargaron restaurar el Ecce Homo de Borja, una obra del profesor Elías García Martínez (1858-1934).
Cecilia Giménez había sido la responsable de subsanar los daños que la obra había sufrido debido al efecto de la humedad.
Centre de Estudios Borjano
Nadie sabe lo que pasó por la mente de Cecilia al poner su pincel sobre este lienzo histórico, convirtiendo la importante pintura del siglo XIX en un meme que hasta el día de hoy sigue siendo recordado por los internautas.
A pesar de todo, esta horrible “restauración” ayudó a que en el pequeño pueblo de Borja lleguen cientos de turistas interesados en ver y fotografiar la pintura modificada de Ecce Homo.