Dos décadas después se enteró que su madre la secuestró cuando era bebé y las convirtió en fugitivas en los cinco continentes.
Dorothy Barnett, de 53 años, fue declarada a más de 10 años en una prisión de Estados Unidos por delitos federales.
En 1994, una bebé de 11 meses, Savanna Todd vivía con sus padres en Charleston, Carolina del Sur.
Dorothy Barnett, una azafata, se había casado con Benjamin Harris Todd en diciembre de 1991, pero la relación fracasó en medio de acusaciones de violencia y su deseo de tener un hijo.
Barnett solicitó el divorcio en febrero de 1993, alegando en documentos de la corte que Todd la había dejado porque estaba enojado porque ella estaba embarazada, de acuerdo a medios locales.
En su lugar, Todd acusó a Barnett de abusar física y emocionalmente de él, ganando la custodia temporal de su hija por nacer luego de que las pruebas psiquiátricas demostraran que Barnett era bipolar.
“Nunca he golpeado a una mujer en mi vida”, dijo Todd. “No puedo explicar por qué me dejé golpear”.
Dijo que una noche, se despertó y encontró a Barnett acostada en posición fetal en el suelo, sin mirar a nada, balanceándose de un lado a otro. Afirma que a veces se escondía o dormía en su automóvil.
“Estaba huyendo de ella, escondiéndome en las casas de amigos”, dijo Todd. Pero ella Conducía toda la noche buscándome, y a veces me encontraba. Se paraba frente a la casa donde me encontraba y gritaba que iba a suicidarse”.
Barnett fue diagnosticada con depresión maníaca, ahora clasificada en gran medida como trastorno bipolar, pero se negó a recibir tratamiento.
El abogado de Barnett, Mendell Rivers, dijo que la “trágica falta de autocontrol” de Barnett en la sala del tribunal llevó al juez a creer que las acusaciones eran ciertas.
Savanna Todd nació el 6 de mayo de 1993.
A su padre se le otorgó la custodia exclusiva, y Barnett se le permitió dos visitas supervisadas de fin de semana al mes.
Pero durante una visita supervisada, en abril de 1994, madre e hija se fueron a una fiesta de cumpleaños sin escolta. Y según un informe policial, nunca regresaron.
El mismo mes en que desaparecieron, el FBI obtuvo una orden de arresto contra Barrett.
Los artistas crearon imágenes que representaban el aspecto de Savanna y Barnett a medida que pasaban los años.
Barnett inicialmente huyó a Sudáfrica, donde se casó con un hombre, Juan Geldenhuys, en 1995.
Dio a luz a un hijo, ahora de 17 años, antes de mudarse a Nueva Zelanda y convertirse en ciudadana.
Al final, se estableció en Australia después de separarse de Geldenhuys.
Durante su presunto tiempo de fugitiva, Barnett usó el alias Alexandria Maria Canton, dijeron las autoridades federales, para evadir la detección.
Una vez en marzo de 2003 y nuevamente en marzo de 2004, Barnett usó su nuevo nombre, Alexandria Maria Geldenhuys, para intentar obtener un pasaporte estadounidense, según la acusación en su contra.
Después de años, Barnett fue arrestada por la Policía Federal Australiana en conjunto con el FBI en Sunshine Coast, donde ella y Savanna habían estado viviendo bajo varios alias.
Pero lo más asombrado de todo era la propia Savanna-Samantha,que aun después de enterarse de todo, no albergaba ningún resentimiento hacia su madre, y hasta el día de hoy cree que no ha hecho nada malo.
“Un nombre no cambia quién eres”, le dice Samantha a medios locales.
“Siempre he tenido una madre. Siempre he sido amada. Siempre he estado protegida. No siento que tenga una crisis de identidad, cuando me dijeron que era Savanna Todd o Savannah Barnett, o cualquier otro alias”.
“Savanna puede ser un recuerdo de lo que sucedió hace 20 años, pero Samantha es quien soy y quién seré”.
Barnett fue acusada de secuestro parental internacional y dos cargos de declaración falsa en una solicitud de pasaporte y fue detenida de inmediato donde permaneció hasta que fue extraditada a Estados Unidos.
Savanna finalmente se reunió con su padre, pero describió el encuentro como “incómodo” con ellos intercambiando un apretón de manos en lugar de un abrazo, a pesar de no haberse visto durante 20 años.
Después de su liberación en 2015, Barnett dijo: “No hay nada malo en mí. Nunca he hecho nada violento.
“He criado a dos niños asombrosamente sanos e inteligentes que son felices.
“Entonces, ¿quién dice la verdad? ¿Y quién miente?”
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